LA POLÍTICA COMO SERVICIO A LA COMUNIDAD
© José Carlos García Rodríguez
La
política es una carrera abierta en la que puede tener cabida
cualquier persona que quiera ejercerla. Pero entre quienes honran
esta actividad y los que la explotan hasta llegar a envilecerla, hay
una enorme diferencia. Y esta diferencia es la vocación de servicio,
una de las inclinaciones más nobles a las que puede aspirar un
ciudadano. Una vocación que Luis García Garrido ha venido
ejerciendo desde su juventud, guiado siempre por el sagrado principio
de que ética y política han de permanecer unidas de forma
incontestable.
Bien pronto llegó Luis García Garrido a tener conciencia de que lo suyo era preocuparse por cambiar una realidad que no le satisfacía y enfrentarse a problemas con firme voluntad de solucionarlos. Vamos, que lo suyo, a lo que estaba predestinado Luis, era la política.
Nacido
en Sanlúcar de Barrameda el 11 de diciembre de 1954, García Garrido
siempre ha vivido con la permanente inquietud del futuro de su ciudad
y de sus paisanos. Y en ello, en mejorar las perspectivas sociales y
económicas de Sanlúcar, pondría todo su empeño a pesar de las
trabas y obstáculos que siempre encontró por parte de quienes
estaban obligados a secundar a quien proporcionó tantos beneficios a
Sanlúcar.
Piragüistas en el "Club de Actividades Náuticas Eslora" CANE, cuya fundación, en 1972,
fue impusada por Luis García Garrido.
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Cuando
apenas era un estudiante que iniciaba la carrera de Magisterio, Luis
García Garrido impulsa la creación de un club que habría de
permitir a la juventud sanluqueña la práctica de los deportes
náuticos. Se trataba del Club de Actividades Náuticas Eslora
(CANE), una entidad fundada en 1972 de la que Luis fue su primer
presidente y que estaba llamada a trascender en este tipo de deporte,
muy especialmente a través de su sección de piragüismo cuyo
palmarés está repleto de logros nacionales, europeos e incluso
mundiales.
Con
el advenimiento de la democracia es elegido concejal del Ayuntamiento
de Sanlúcar por la lista del PSOE en las elecciones municipales de
1979 y 1983, compaginando su concejalía con la enseñanza y, desde
1983 a 1985, también con el cargo de diputado provincial.
A
partir de 1986 la carrera política de Luis es imparable. A
principios de aquel año accede al cargo de director general de
Juventud y Deportes de la Junta de Andalucía donde permanece durante
un breve espacio de tiempo ya que tras las segundas elecciones al
Parlamento andaluz, celebradas el 22 de junio del mismo año, el
consejero de Cultura, Javier Torres Vela, lo nombra viceconsejero de
su departamento.
Desde
su puesto de viceconsejero de Cultura, Luis García Garrido será el
gran valedor de Sanlúcar en unos momentos en que Andalucía se
preparaba para conmemorar el V Centenario del Descubrimiento de
América.
Covachas de la Cuesta de Belén, restauradas dentro
del Plan Colón'92.
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El
gobierno autonómico andaluz presidido por José Rodríguez de la
Borbolla, consciente del desequilibrio territorial y del sentimiento
de agravio que podrían derivarse de la alta concentración de
inversiones previstas desde el gobierno central para Sevilla, sede de
la Expo’92,
planteó el programa Andalucía’92
destinado a las diferentes capitales andaluzas. Dentro de este
programa y como complemento del mismo, se desarrolló el denominado
Plan Colón’92
cuyos beneficiarios habrían de ser los municipios que tuvieron una
mayor relación con el primer viaje de Cristóbal Colón en 1492,
incluyéndose entre ellos a Sanlúcar de Barrameda a pesar de que su
condición colombina no la adquiriría la ciudad hasta 1498 con la
tercera de las expediciones. La incorporación de Sanlúcar en aquel
plan fue, sin duda, un logro de Luis García Garrido.
Avda. del V Centenario, la gran infraestructura viaria de Sanlúcar
acogida al Plan Colón'92.
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Buen
conocedor de las carencias y de las prioridades de Sanlúcar, García
Garrido incluyó entre los monumentos a restaurar la Iglesia de La
Merced, que se destina a auditorio; el claustro del antiguo convento
Mercedario, donde se acogería el Archivo Municipal; el convento de
La Victoria, que se recupera como centro cultural, y las Covachas de
la Cuesta de Belén. Otras actuaciones en diversas iglesias (San
Miguel, Nuestra Señora de la O, Parroquia del Carmen…), así como
restauraciones de imágenes a través del Instituto Andaluz del
Patrimonio Histórico se prolongarían en años posteriores. En el
aspecto urbanístico se acometen obras tan importantes como la
apertura de la nueva Avenida del Quinto Centenario y la adecuación
de la Calzada del Ejército (hoy Calzada de la Duquesa Isabel).
Luis García Garrido en su etapa de Delegado
del Gobierno en Andalucía.
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Al
acceder Manuel Chaves a la presidencia de la Junta de Andalucía
después de un nuevo triunfo socialista en las elecciones autonómicas
de 1990, Juan Manuel Suárez Japón, nuevo consejero de Cultura y
Medio Ambiente, mantiene a Luis García Garrido de viceconsejero
durante toda la legislatura. En estos años es también muy de
destacar la implicación personal del politico sanluqueño desde su
puesto en la consejería de Cultura para la edición de notabilísimas
obras históricas a través de la Asociación Sanluqueña de
Encuentros con la Historia y el Arte (ASEHA). “Entiendo la historia
de Sanlúcar no como una relación de sucesos de un esplendor pasado,
sino como una crónica viva de una ciudad que conociéndose,
conociendo profundamente sus raíces, sabe muy bien lo que es, lo que
quiere y a dónde va”, escribía Luis García Garrido, siempre
pendiente del futuro de su ciudad, en el Prólogo del primer volumen
de la Historia Antigua y Moderna de la
Muy Noble y Muy Leal Ciudad de Sanlúcar de Barrameda,
de Velázquez Gaztelu, publicado en el tan señalado año 1992.
García
Garrido es nombrado en 1995 director general de Comercio, Consumo y
Cooperación Económica, dependiente de la consejería de Industria,
Comercio y Turismo. Al año siguiente accede a la viceconsejería de
Medio Ambiente donde sigue hasta el año 2000 en que es nombrado
viceconsejero de Obras Públicas con un nuevo gobierno de Manuel
Chaves. Aquí permanecerá hasta enero de 2008 en que pasa a ocupar
el puesto de consejero, tras la salida de la titular Concepción
Gutiérrez del Castillo, hasta las elecciones de abril de aquel mismo
año.
Tras
las elecciones al Parlamento de Andalucía de 2008 se produce el
salto de García Garrido a la política nacional al ser nombrado
senador por designación autonómica. Pero este primer paso por la
cámara alta será muy breve ya que es llamado por el presidente
Chaves para volver a ocupar el puesto de consejero de Obras Públicas
en el que habría de permanecer hasta abril de 2009, cuando José
Antonio Griñán remodela el ejecutivo tras asumir el cargo de
presidente de la Junta.
Acto de inauguración del acceso a Sanlúcar desde la Autovía A-480. |
Hay
quien dice que Luis García Garrido siempre ocupó en la Junta de
Andalucía el lugar desde el que mejor podía favorecer los intereses
sanluqueños. Si durante su paso por la consejería de Cultura la
ciudad se benefició del Plan Colón´92,
durante su dilatada permanencia en Obras Públicas García Garrido
dió prioridad a una obra tan importante
como fue el desdoble de la carretera A-480 a Jerez y su acceso a
Sanlúcar desde ella, dentro del Plan
para la Mejora de la Accesibilidad, la Seguridad Vial y la
Conservación de la Red de Carreteras de Andalucía
(2004-2013),
obras que se inauguran en noviembre de 2009.
Al
ser nombrada Rosa Aguilar consejera de Obras Públicas en el primer
gobierno de José Antonio Griñán, Luis García Garrido vuelve al
Senado por designación autonómica, donde permanece hasta octubre de
2010 en que el Consejo de Ministros presidido por José Luis
Rodríguez Zapatero lo nombra Delegado del Gobierno en Andalucía,
puesto que ocupa hasta el triunfo del Partido Popular en las
elecciones generales del 20 de noviembre de 2011.
Luis
García Garrido abandona la política y regresa a su trabajo de
profesor de Matemáticas de enseñanza secundaria en el Instituto
Francisco Pacheco de Sanlúcar hasta su jubilación. En su rico
bagaje de casi cuarenta años dedicado a servir a la comunidad,
encontramos la hombría de bien de que siempre hizo gala el politico
sanluqueño, así como su buena fe en el pensamiento y en la acción,
la tolerancia con la idea distinta y, sobre todo, la permanente
disposición para trabajar por lo mejor para Sanlúcar.