LA PASIÓN POR LA ESCRITURA
© José Carlos García Rodríguez
Félix J. Palma, uno de los escritores andaluces actuales de mayor trascendencia internacional, es un autor cuya brillantez y originalidad han sido reconocidas por la crítica de forma unánime, destacando como uno de los rasgos más característicos de su producción literaria una gran habilidad para insertar el mundo de la fantasía dentro de la normalidad cotidiana. Nacido en Sanlúcar de Barrameda el 16 de junio de 1968, Félix Jesús Palma Macías encaminó sus pasos a la escritura desde muy temprana edad -“érase una vez un niño con la cabeza en las nubes que quería ser escritor...”-, iniciándose en el cuento y los relatos cortos, géneros que le reportaron más de un centenar de galardones por los más diversos concursos literarios de toda España y que le llevaría a ser incluido en varias antologías junto a las plumas nacionales más destacadas del género: “Aquelarre. Antología del cuento de terror español actual”, “Mañana todavía. Doce distopías para el siglo XXI” o “Nocturnario. 101 imágenes y 101 escrituras”, un libro colectivo con collages del escritor y artista granadino Ángel Olgoso en el que 101 escritores hispanoamericanos aportaron un texto para acompañar cada una de las imágenes.
Desde muy joven, Félix colabora como articulista en diversos periódicos andaluces y dirige el suplemento cultural “Mosaico”, una dedicación en la que estuvo acompañado por su hermano menor Juan Carlos (Sanlúcar, 1972), periodista y también escritor, muy valorado especialmente por su profundos conocimientos cinematográficos. Por esta labor al frente de “Mosaico” los hermanos Palma fueron galardonados en 1998 por la Asociación de Escritores Cinematográficos de Andalucía (Asecan) en la modalidad “Mejor labor informativa en Prensa” dentro de los Premios del Cine Andaluz otorgados aquel año. Esta pasión por la cinematografía que comparten Félix y Juan Carlos se remonta nada menos que a sus años de niñez en que los dos hermanos quedaban embelesados ante las imágenes del proyector sonoro regalado por sus padres.
Cinco son los libros de relatos, “de insólita brillantez” como dijera Hipólito G. Navarro sobre estas obras en las que el escritor sanluqueño se desenvuelve con su pluma como un consumado maestro: “El vigilante de la Salamandra” (1998), “Métodos de supervivencia”(1999, “Las interioridades” (2002), galardonado con el el Premio Tiflos de Cuentos 2001, “Los arácnidos” (2004), Premio Iberoamericano de relaciones Cortes de Cádiz 2003, y “El menor espectáculo del mundo” (2010). En su primera novela “La hormiga que quiso ser astronauta”, editada en 2001, ya se percibe la genuidad de Palma como brillante narrador y que muy pronto habría de encumbrarlo como uno de los escritores españoles más interesantes de los últimos tiempos. Unos años más tarde, En 2005, Félix J. Palma consigue el “XV Premio Internacional de Novela Luis Berenguer” con su obra “Las corrientes oceánicas”.
De su trilogía victoriana, escribe el propio Félix J. Palma:
Mi intención con la trilogía victoriana es rendir homenaje a Wells, pero también a todos aquellos escritores victorianos que como Verne, Dumas, Dickens o Stevenson, escribían una literatura popular y sin embargo culta para los lectores surgidos de la burguesía, novelas que reflejaban un espíritu aventurero que solo podía darse en aquella época, porque el mundo era todavía un lugar ignoto, que no estaba completamente explorado ni delimitado por la ciencia. Era un mundo donde podía pensarse que la Luna estaba habitada de unicornios y hombres murciélagos, y que había vida en Marte o en Venus, o incluso una civilización viviendo en el centro de la Tierra. Y nadie podía desmentirlo. Era la época de la imaginación. La era de la fantasía.
Félix J. Palma y María Fortea con su libro "El amor no es nada del otro mundo" |
En la actualidad, ya en plena madurez y como autor más que consagrado, Palma continúa con su labor como escritor que compagina con su faceta de profesor de escritura creativa y ofreciendo, además, su experiencia y conocimientos como “coaching” literario para ayudar a que los proyectos de otros escritores con ciertos problemas puedan llegar a feliz término. “Me apasiona el mundo de la escritura -dice Félix J. Palma- y es por eso que además de escribir mis propios libros, me gusta ayudar a quienes como yo aman plasmar sus ideas en una hoja en blanco”.