© José Carlos García Rodríguez
Manuel Berlanga Barba, nacido el 2 de octubre de 1912, es uno más entre los sanluqueños obligados a abandonar su ciudad para ir a la búsqueda de horizontes más propicios donde poder encauzar el desarrollo de sus aspiraciones vitales; una partida de la que nuestro personaje hablaría muchos años después con el periodista Francisco Amores en el transcurso de una entrevista publicada en el ABC sevillano:
“Los hechos de mi salida de Sanlúcar discurrieron así: Me preparé para abandonar mi ciudad al alba, casi cuando amanecía, con el miedo de que iba a dejarla y sin saber cuándo volvería a regresar a ella, y si podría hacerlo. Salí hacia Sevilla, ignorante de saber el rumbo que debía seguir de entre el abanico de posibilidades que me ofrecía la vida. No obstante me reconocía sereno y en mi pecho alentaba un firme propósito: el fruto del fracaso, si lo tenía, a nadie habría de contárselo. Las cosas me podrían ir bien o mal, pero fuera lo que fuese que me sucediera, sería fiel al 'slogan' que me había fijado en mi pensamiento: 'Excelsior', más arriba, más adelante.”
Superadas las dudas que le embargaban y guiado siempre por la brújula de su “slogan”, Berlanga decide que el rumbo a tomar habría de estar firmemente unido a la mejora de la economía española, tan desastrosa en aquellos tiempos de posguerra. A este fin dedicará sus esfuerzos, convencido de que muy pronto podría aportar sus ideas y sus conocimientos tanto en la faceta docente como en la empresarial.
El creciente prestigio como economista que se va labrando Manuel Berlanga Barba le permite acceder a las más importantes asociaciones de su especialidad profesional. Sus estudios científicos proyectados sobre la economía aplicada le llevan a ser colaborador del Instituto de Economía Sancho de Moncada adscrito al Consejo de Investigaciones Científicas. Además es vicepresidente del Colegio Oficial de Titulares Mercantiles de Madrid, forma parte de la Mesa del XIII Congreso Internacional de Graduados de las Escuelas Superiores de Comercio, celebrado en la capital de España en mayo de 1952, e ingresa en la Asociación para el Progreso de la Dirección, una entidad privada creada sin ánimo de lucro en 1956 cuyo principal objetivo era -y sigue siendo- promover el intercambio de ideas, conocimientos y experiencias entre los directivos. Dentro de la Administración, Manuel Berlanga ocupa el puesto de secretario Técnico de la Jefatura del Servicio de Abastecimiento del Ministerio de Industria y Comercio y es Inspector de Finanzas del Estado hasta su jubilación en 1977. Durante el tiempo que Berlanga ejerció como secretario general de la Asociación Nacional de Intendentes Mercantiles le fueron reconocidos los importantes servicios que tuvo la oportunidad de prestar a la Hacienda Pública.
Berlanga, en el centro, junto a la oficialidad de la motonave "Santa Mª de la Caridad", en el Santuario de la Patrona de Sanlúcar. |
Una
de las grandes preocupaciones de Manuel Berlanga durante los años en
que ocupó la cátedra de “Economía de la Empresa” en la
Universidad Complutense de Madrid fue tratar de conseguir de la forma
más adecuada la armonización entre la enseñanza universitaria y el
mundo empresarial. La fuerte vinculación profesional del economista
sanluqueño con un buen número de grandes empresas españolas
-Fuerzas Eléctricas del Noroeste S.A. (FENOSA), Minas del Narcea
S.A. (MINARSA) o Amalie Petroquímica, S.A.- en las que entra
formando parte de sus consejos de administración, le permitió
analizar con suficiente rigor y solvencia el acusado desajute entre
formación y demanda laboral.
Berlanga pronuncia un buen número de conferencias dentro y fuera de España a la vez que colabora con artículos científicos en revistas especializadas y está permanentemente presente en la prensa, especialmente en ABC, tanto en su edición nacional como sevillana, donde escribe profundos artículos de economía. Entre sus libros, de gran trascendencia en el sector empresarial español, se encuentran “Principios de Estadística con Aplicaciones a la Economía de los Negocios y Empresas”, “Economía de la Empresa” y “Principios de Economía Aplicada a los Negocios”.
Manuel Berlanga, a quien gustaba visitar su siempre querida Sanlúcar, muy especialmente en los meses de verano, ofrece en agosto de 1956 el pregón de la Caridad en un acto en el que José Sabio actúa como presentador del catedrático de Economía. De la devoción de Berlanga por la patrona de Sanlúcar es buena prueba el nombre de “Santa María de la Caridad” que escogió para darlo a uno de los buques de la Compañía Trasmediterránea cuando nuestro personaje ocupaba el cargo de consejero delegado de esta importante empresa naviera.
Maqueta de la motonave de la Cìa. Trasmediterránea "Santa María de la Caridad" regalada por Manuel Berlanga al Ayuntamiento de Sanlúcar en 1967. |
"SANLÚCAR INFORMACIÓN", 5 de febrero de 2021 |