© José Carlos García Rodríguez
Con motivo del fallecimiento de Manuel Hermosilla, la revista taurina “La Lidia” recordaba al matador sanluqueño en su edición del 28 de enero de 1918: “Hermosilla, uno de los pocos que quedaban como representante genuino del toreo de ayer, de la llamada 'época de oro' del toreo, ha desaparecido; se fué; murió. Manuel Hermosilla y Llanera ha muerto en Sanlúcar de Barrameda, a los setenta y un años”. Como notas más destacadas de la personalidad torera de Hermosilla comentaba el semanario taurino madrileño: “Hermosilla, con Paco Frascuelo, Gordito, y algunos más, pocos, muy pocos, representaba el toreo de hierro, concienzudo, madurado, en el que la lucha tenaz sostenida era, pese a su sencillez, más reñida y sañuda que hoy y en la que el galardón de la borla doctoral era premio a la perseverancia. Sin campo para las fantasías y fliligranas artísticas que privan hoy, teniendo que luchar con enemigos poco 'manejables' el toreo, más que arte, era ciencia; más que juego de brazos, requería fortaleza de piernas; antes que agilidad de inventiva, fortaleza de corazón”.
Después de Méjico donde permaneció durante una larga temporada, Hermosilla pasaría por Lima y Montevideo toreando junto a Julián Casas y Gonzalo Mora antes de dar por concluido este primer periplo americano, regresando a España en 1873. A lo largo de su vida activa como matador de toros Manuel Hermosilla solía viajar todos los inviernos a América, paseando su arte taurino por los más renombrados cosos del Nuevo Mundo donde llegaría a alcanzar una fama equiparable e incluso superior a la que gozó en España.
Al regresar de su primer viaje a ultramar Manuel Hermosilla toma la alternativa en la corrida que se celebra el 25 de junio de 1873 en la plaza de toros de El Puerto de Santa María siendo su padrino Manuel Domínguez quien le cede la muerte de un toro de Vicente Romero. Aquel año Hermosilla torea varias corridas más antes de dar por terminada la temporada española y volver a América.
Hermosilla en la portada de la revista taurina "El Arte de los Toros" |
Como dato anecdótico debemos reseñar que el 26 de septiembre de 1874 Manuel Hermosilla fue el primer diestro en ser atendido por una cogida en la enfermería de la Plaza de Toros de Goya que había sido inaugurada el día 4 de aquel mismo mes y año en el lugar que hoy ocupa el Palacio de los Deportes madrileño. Y otra anécdota más: en 1908 la empresa de Madrid organizó una corrida con reses de la ganadería salmantina de Juan M. Sánchez Carreros con un cartel en el que aparecían como espadas José Lara Jiménez “Chicorro”, Ángel Fernández Pérez “Valdemoro” y Manuel Hermosilla y Llanera. Pero aquella corrida no llegaría a celebrarse ya que el gobernador civil no la permitió alegando que los tres maestros superaban los 60 años de edad. “Chicorro” contaba nada menos que con 69 años, “Valdemoro” con 68 y Hermosilla con 61 años.
Hermosilla estoqueando un toro a los 60 años |
Manuel
Hermosilla formó parte como síndico en la junta directiva que se
constituyó en Sanlúcar en 1895 bajo la presidencia efectiva de
Ramón Larraz con objeto de llevar a cabo la construcción de una
plaza de toros y en cuya inauguración oficial, el 15 de julio de
1900, toreó en un mano a mano, aunque poco lucido según se lee en
las crónicas taurinas de la época, con Emilio Torres “Bombita”
ya que el tercer diestro anunciado en el cartel, José García
Rodríguez “El Algabeño”, no pudo comparecer al encontrarse
lesionado por haber resultado cogido en un anterior festejo.
Retirado en Sanlúcar donde vivió sus últimos años, Manuel Hermosilla y Llanera falleció en su finca "Villa Colombia" en el Pago de Santa Brígida el día 19 de enero de 1918 a los 74 años recién cumplidos.
"SANLÚCAR INFORMACIÓN", 26 de marzo de 2021 |