ADOLFO GONZÁLEZ MONTERO

 El héroe de Zamboanga

© José Carlos García Rodríguez





El 25 de mayo de 1899 se produce en aguas del Pacífico el fallecimiento del general de brigada Adolfo González Montero, último gobernador español de Cebú, en las Islas Filipinas. La muerte del militar a bordo del vapor “León XIII” que estaba destinado a la repatriación de las tropas que habían combatido en el archipiélago, fue consecuencia de las graves heridas que había sufrido estando al mando de la guarnición de Zamboanga, en la isla de Mindanao, uno de los últimos reductos defendidos por los españoles en Filipinas antes de su evacuación tras la firma del “Tratado de París” que ponía fin a la guerra hispano-norteamericana.

Al llegar a Sanlúcar la noticia de la muerte del general, el Ayuntamiento, en sesión capitular celebrada el 2 de junio de 1899, acordó poner el nombre de González Montero a la calle del Torno, “haciendo constar en acta el pesar de esta población y el de esta Corporación Excelentísima por la pérdida irreparable del héroe sanluqueño que ha sabido derramar su sangre en cumplimiento de sus militares deberes, dejando un nombre glorioso y respetado en las filas del Ejército y un doloroso e inextinguible recuerdo en el corazón de sus paisanos”. Por su elevada graduación militar, González Montero fue una de las figuras más relevantes que murieron en el transcurso de la guerra en la que España perdió sus últimas colonias ultramarinas, sumiendo al país en el luto y la desolación.

Adolfo González Montero nació en Sanlúcar de Barrameda el 17 de noviembre de 1846. Fueron sus padres Francisco de Paula González Vega, funcionario de Hacienda y jefe de la Guardia Municipal, y Rafaela Montero Mateo. Un hermano también militar de Adolfo fue Federico González Montero quien a su retiro ostentaba el grado de general de división del Arma de Caballería. A él se debe la construcción del llamado “Castillito de Bajo de Guía”, levantado entre los años 1909 y 1912 para ser destinado a residencia veraniega familiar. Salvador, otro de los hermanos, se dedicó a la política y llegó a ocupar cargos de cierta relevancia, entre ellos el de gobernador civil en las provincias de Huelva y Sevilla.

Adolfo González Montero ingresó en 1862 en el primitivo Colegio de Infantería de Toledo, la institución de formación militar que luego fuera Academia de Infantería. Concluídos sus estudios en 1868 con el grado de alférez fue promovido de forma simultánea a teniente como gracia general concedida por el gobierno revolucionario que en septiembre de aquel mismo año había derrocado a la monarquía isabelina.

Por su hoja de servicios conservada en el Archivo General Militar de Segovia conocemos la activa participación de Adolfo González Montero en los permanentes conflictos bélicos que convulsionaron la vida española durante la segunda mitad del siglo XIX. Destinado sucesivamente en los regimientos del Rey, de Cantabria y de Bailén, González Montero fue enviado a Melilla en 1871 recibiendo la Cruz del Mérito Militar por su destacada actuación frente a los marroquíes que amenazaban la plaza española, pasando posteriormente a Cataluña para combatir a las partidas carlistas. En julio de 1873, incorporado en el Regimiento de Infantería de Ramales, en Vitoria, siguió tomando parte en numerosas operaciones de campaña contra los carlistas tantos en las vascongadas como en Navarra, alcanzando por su compartamiento militar el grado de capitán.

El 25 febrero de 1874 Adolfo González Montero resulta herido en su brazo izquierdo durante el ataque a las posiciones vizcaínas de San Pedro Abanto y Montemontaño, siendo trasladado a Madrid donde, a la vista de la gravedad de su lesión, es dado de baja en su regimiento para pasar a la situación de reemplazo. Para continuar su curación se traslada a la casa familiar de Sanlúcar donde recibe la comunicación de haber sido ascendido al empleo de comandante.

En marzo de 1875, una vez restablecido de su herida, González Montero es nombrado ayudante del general Echagüe, jefe del Ejército del Centro, incorporándose a este nuevo destino en Castellón donde permanece en operaciones de campaña por el Levante y Cataluña. Después, bajo las órdenes del general Jovellar, asiste a la rendición de los fuertes de la Seo de Urgel, siendo ascendido por méritos de guerra al grado de teniente coronel.

En marzo de 1876, al finalizar la última de las guerras carlistas, Adolfo González Montero alcanza el grado de coronel, quedando de guarnición en Madrid donde durante doce años desempeña diversas funciones en la Academia de Oficiales de la que fue su director, en la Escuela Central de Tiro y en otros menesteres inherentes a su rango militar hasta que en enero de 1888 es designado ayudante de Alejandro Rodríguez Arias y Rodulfo, Capitán General de Andalucía, a quien también acompañará con posterioridad cuando este general pasó a desempeñar la Capitanía General de Castilla La Nueva.

Fuerte del Pilar en Zamboanga (Filipinas) que
defendió González Montero y donde fue herido
de  gravedad. 

Las hojas más brillantes de la biografía militar de Adolfo González Montero las encontramos durante su etapa en el Ejército de Filipinas al que a petición propia se incorpora, embarcando con destino al archipiélago asiático el 8 de enero de 1892. En Filipinas, donde obtiene el mando de la Primera Media Brigada de Infantería, es nombrado gobernador militar y político de Cottabato, cargo que desempañó con singular acierto hasta el mes de agosto de 1894. Después pasa a ocupar igual puesto en Mindanao, donde desarrolla un gran papel en la campaña contra los insurrectos del norte del distrito, en particular en la toma de la cota fortificada de Marahuí. En noviembre de 1896, después de haber ejercido el mando del Tercio de la Guardia Civil, es nombrado gobernador de Ilo-ilo, al tiempo que asciende a general de brigada. Al año siguiente, nombrado gobernador de Cavite en comisión, dirige las operaciones de guerra y toma parte en diferentes combates, siéndole concedida la Gran Cruz Pensionada de la Orden del Mérito Militar.

El vapor "León XIII" donde falleció Adolfo González Montero
el 25 de mayo de 1899 cuando era repatriado a España.

Nombrado en 1898 gobernador de Cebú, González Montero continuó participando en las operaciones militares en la isla de Mindanao, logrando sendas victorias frente a los rebeldes filipinos en la trocha de Tukurán y en Cottabato. Una vez acordada la paz con los Estados Unidos, el militar sanluqueño recibe la orden de resistir el asedio filipino a que era sometido el Fuerte del Pilar de Zamboanga, lugar de concentración de las tropas españolas que esperaban su repatriación. A pesar de encontrarse herido de gravedad, González Montero cumplió fielmente las órdenes recibidas de evacuar a los soldados y embarcarlos en los vapores de la Compañía Trasmediterránea que había dispuesto el Gobierno español con este fin.

El 25 de mayo de 1899, a bordo del vapor “León XIII” que le trasladaba a España, fallece Adolfo González Montero, un personaje muy desconocido para la generalidad de sus paisanos sanluqueños de cuyo nacimiento se cumple en el presente año el 175 aniversario.




"SANLÚCAR INFORMACIÓN, 11 de junio de 2021