LEONA DE MERGELINA Y GÓMEZ DE BARREDA












© José Carlos García Rodríguez

Leona de Mergelina es uno de los nombres más destacados dentro del reducido grupo de mujeres que en el pasado accedieron al negocio de los vinos en el Marco de Jerez. Sin estar vinculada familiarmente a la vinatería, doña Leona se inició como empresaria bodeguera en unión de su marido, Pedro Manjón y Fernández de Valdespino. Al quedar viuda continuaría al frente de la que llegaría a ser una de las más importantes bodegas sanluqueñas cuyos vinos se comercializaban de forma indistinta bajo las denominaciones "Viuda de Manjón" o "Leona Mergelina", siendo El Rocío y Leona sus etiquetas de manzanilla que alcanzaron mayor fama.



Casa de Moreda, también conocida por Casa de Manjón, domicilio
de la familia Manjón-Mergelina en Sanlúcar


Leona de Mergelina y Gómez de Barreda nació en Sanlúcar de Barrameda el 22 de octubre de 1822. Fueron sus padres Joaquín de Mergelina y de la Selva, marino nacido en la localidad alicantina de Villena, y Eduarda Gómez de Barreda y Gutiérrez de Henestrosa, miembro de una importante y acomodada familia sanluqueña.

   Leona contrae matrimonio en1845 con Pedro Manjón y Fernández de Valdespino cuya edad supera en casi veinte años a la de la novia. La familia materna de Pedro Manjón, quien es heredero de un importante patrimonio rústico en su mayor parte situado en Arcos de la Frontera, pertenece a la pequeña nobleza de la zona. En la familia por parte de su padre, de la burguesía comercial gaditana, hay algunos miembros que ocupan puestos destacados en la Marina y en la administración del tráfico colonial.

La Arboledilla formó parte de las Bodegas de la Viuda de Manjón.
    El marido de Leona de Mergelina, caballero de la Orden de Calatrava y maestrrante de la Real Maestranza de Caballería de Sevilla, fue alcalde de Sanlúcar en 1838 y estuvo vinculado al Partido Moderado, repitiendo como diputado a Cortes en varias legislaturas hasta ser nombrado senador vitalicio en 1863. El matrimonio vive en la llamada Casa de Moreda, también conocida como Casa de Manjón, una mansión del siglo XVII construida en la Plaza del Pradillo de Sanlúcar por la familia Moreda que estuvo dedicada al comercio ultramarino como cargadores a Indias.

Etiqueta de manzanilla El Rocío, diseñada por el pintor jerezano
Carlos González Ragel.
    Aunque pertenecientes a familias ajenas al sector bodeguero y a cualquier otra actividad comercial, Leona y su marido deciden invertir en el negocio más extendido entre la burguesía local y crean una firma vinatera a la que comercialmente se conocerá por el nombre de “Bodegas Manjón”, situada en el Callejón del Cuerno, hoy callejón de San Miguel, en la misma manzana de la casa donde viven. Para empezar, adquieren 4.000 botas de soleras y compran algunos viñedos -Pastrana, La Palmosa y parte de Évora- muy bien situados en buenos pagos de la zona.

Carta comercial firmada por Leona de Mergelina (1885)
    El negocio apenas empezaba a despuntar cuando en 1865 fallece Pedro Manjón. Con cuarenta y tres años y seis hijos, todos ellos menores de edad, Leona se hace cargo de la bodega, en solitario, mostrando su extraordinaria capacidad para los negocios. En muy poco tiempo, la viuda de Pedro Manjón se habría de convertir en cosechera, almacenista y extractora, es decir, en todo lo que podía abarcar un empresario vitivinícola en el Marco de Jerez.

    Leona, quien cambia el nombre de la empresa fundada junto a su marido para pasar a llamarla “Bodegas Viuda de Manjón”, toma importantes decisiones: aumenta las soleras hasta alcanzar las 6.000 botas, adquiere la gran bodega La Arboledilla que había sido construida para Cipriano Terán Carrera y planta la viña El Rocío que daría origen a la marca de manzanilla de igual nombre, la que habría de ser marca estrella de la casa cuya etiqueta diseñará años más tarde el pintor expresionista jerezano Carlos González Ragel. “Bodegas Viuda de Manjón” o “Bodegas Leona Mergelina”, como también se la denominaba comercialmente, crea numerosas marcas –El Rocío, Leona, Montañeses, Cañaveral, Kachivache, Solar, Ballesteros, Toreador…- para dar cabida a la variada gama de los tipos de vinos del Marco de Jerez, así como de brandies, que se comercializan por España, Cuba, Argentina e Inglaterra.

Montañeses, otra de las famosas marcas
de manzanilla de Viuda de Manjón.
    Cuando en el otoño de 1879 Alfonso XII visita Sanlúcar es recibido por Leona de Mergelina en su bodega donde el soberano degusta los mejores vinos. Ello nos da idea de la importancia que ya en aquella fecha había alcanzado la firma “Viuda de Manjón”, hito indiscutible dentro de la particular historia de la manzanilla de Sanlúcar y del devenir más general de todo el Marco de Jerez.

    Cuando Leona de Mergelina Gómez de Barreda fallece en Sevilla el 23 de marzo de 1900, a los 77 años, su hija Regla Manjón, condesa de Lebrija, viuda de Federico Sánchez Bedoya, se hizo cargo del negocio de vinos que pasaría a llamarse “Regla Manjón, Viuda de Sánchez”.

 
Anuncio publicitario de manzanilla
Leona de la Viuda de Manjón.
  A la muerte de Regla Manjón, en 1938, “González Byass”, que durante mucho tiempo había mantenido firmes vínculos comerciales y de amistad con la empresa sanluqueña, adquiere gran parte de ella, incluyendo la marca de manzanilla
El Rocío. El resto del negocio que permanece en manos de la familia pasa a denominarse “Sucesores de R. Manjón” que, muy disminuido en su operatividad comercial, languidece hasta su práctica desaparición.

    Sobre la personalidad empresarial de Leona de Mergelina, escribe Lola Lozano Salado en el capítulo Las bodegueras del Jerez del libro Mujeres emprendedoras entre los siglos XVI y XIX (Ministerio de Economía, Industria y Competitividad, Madrid, 2017):

    La bodeguera que no ha tenido problemas de reconocimiento ha sido Leona Mergelina Gómez de Barreda, empresaria del sector en Sanlúcar de Barrameda en el último tercio del siglo XIX. Su trayectoria sorprende porque su actuación como productora y exportadora de vinos parece fruto de un desarrollo e interés esencialmente personal. No nació en una familia vinculada a la vinatería, ni siquiera al comercio, como fue el caso de las anteriores bodegueras, y el inicio de su empresa fue compartido con su marido, pero el protagonismo de él en su gestión y progreso, a falta de una investigación más amplia, se intuye muy poco relevante.


"SANLÚCAR INFORMACIÓN", 29 de enero de 2021