UNA CONDESA ILUSTRADA
© José Carlos García Rodríguez
Regla Manjón, condesa de Lebrija. Pintura de Joaquín Sorolla. |
Erudita, coleccionista de arte, benefactora y mecenas, Regla Manjón y Mergelina, condesa de Lebrija, fue una mujer comprometida con su tiempo. Aunque nacida en Sanlúcar y vinculada a nuestra ciudad durante toda su vida, doña Regla desarrolló una gran actividad cultural en Sevilla, ciudad en la que se estableció tras contraer matrimonio con el político Federico Sánchez Bedoya. A la defensa y difusión del patrimonio histórico hispalense unió Regla Manjón su preocupación por solventar las carencias de la sociedad sevillana, intereses que movieron a esta insigne dama hasta el fin de sus días.
La
primera -y única vez- que he visitado el Palacio de Lebrija fue en
1970. Paco Borrero Hortal, uno de los dueños de las bodegas Casa
Lazo en las que durante 10 años ejercí como enólogo tuvo la
deferencia, dada mi naturaleza sanluqueña, de invitarme a conocer el
legado de una paisana, doña Regla Manjón y Mergelina, condesa de
Lebrija. Por entonces, en la sevillana casa palacio de la calle Cuna
vivían los marqueses de Méritos, Eduardo León Manjón y su esposa
Lucía Borrero Hortal, hermana de Paco Borrero. Durante toda una
tarde, Lucía, a quien familiarmente llamaban Luchi, nos atendió en
aquella magnífica mansión repleta de arte donde pude acercarme a la
personalidad culta, generosa y de gran talento que fue Regla Manjón,
su artífice. He de hacer notar que, por entonces, el palacio
únicamente estaba abierto a los investigadores interesados en los
fondos que albergaba. La condición actual del Palacio de Lebrija
como museo público fue una iniciativa tomada en 1999 por la hija de
Luchi, Isabel de León y Borrero, actual marquesa de Méritos y
presidenta de la Real Academia de Bellas Artes de Santa Isabel de
Hungría.
Casa de Moreda, en Sanlúcar de Barrameda, donde nació Regla Manjón. |
La
boda de Regla Manjón tiene lugar el 27 de octubre de 1895 en el
oratorio de su casa sanluqueña de Moreda. Federico Sánchez
Bedoya, su marido, es un personaje de amplia cultura e importante
fortuna, un hombre admirado y muy querido por sus paisanos de
Sevilla. El esposo de doña Regla había abandonado la milicia siendo
capitán del Real Cuerpo de Artillería a raíz del triunfo de la
revolución de 1868 que acabó con la monarquía isabelina. Al ser
restaurada la dinastía borbónica Sánchez Bedoya inició una
brillante carrera política adscrito al Partido Conservador de
Cánovas del Castillo, llegando a ser diputado a Cortes por Sevilla,
vicepresidente del Congreso de los Diputados y gobernador civil de
Madrid.
Poco
dura el matrimonio de Regla Manjón quien en 1898 enviuda, sin hijos,
tras una inesperada y fulminante enfermedad de su marido de quien
José Antonio Caballero dice: “En cuanto a las dotes que lo
adornaban como parlamentario, conocidos son y llenos de doctrina los
discursos pronunciados en la Cámara popular, discursos que su viuda,
con acuerdo digno de loa, hizo imprimir para conocimiento exacto de
los múltiples méritos de su llorado cuanto malogrado esposo, como
estadista de valía”1.
A partir de la muerte de Sánchez Bedoya, Regla se convierte en una
mujer comprometida con la cultura y con la solución de los grandes
problemas y carencias que afectaban a la sociedad hispalense,
intereses en los que invertirá su energía y su fortuna.
El
Palacio de Lebrija
Portada de la Casa-Palacio de la condesa de Lebrija en la calle Cuna de Sevilla. |
Casi
trece años ocupó a Regla Manjón y Mergelina la rehabilitación del
palacio adquirido en la calle Cuna. Cuando en 1914 lo tiene dispuesto
ya ostenta el título de condesa de Lebrija que había solicitado y
que Alfonso XIII rehabilita a su favor por Real Decreto de 28 de
octubre de 1912:
“Accediendo
a la solicitado por Dª Regla Manjón y Mergelina, viuda de Sánchez
Bedoya, teniendo en cuenta lo dispuesto en el Real Decreto de 27 de
mayo último, de acuerdo con el parecer de Mi Consejo de Ministos,
vengo en rehabilitar, sin perjuicio de tercero de mejor derecho, el
título de Conde de Lebrija a favor de Dª Regla Manjón y Mergelina,
viuda de Sánchez Bedoya, para sí, sus hijos y sucesores legítimos”.
4
El
palacio que Regla Manjón acondiciona para vivir ella misma y para
albergar sus antigüedades es un amplio edificio renacentista del
siglo XVI que con anterioridad había pertenecido a diferentes
linajes sevillanos. La planta baja, la utilizada para vivir durante
el estío, la preside el patio central en cuyo suelo la condesa manda
colocar el gran mosaico del dios Pan encontrado en el olivar de Los
Palacios que fuera de su propiedad y que estuvo situado en lugar
cercano al antiteatro de Itálica. Las salas de esta planta y las
galerías pavimentadas con mármoles romanos las decora con estatuas,
brocales de pozo y capiteles que Regla Manjón ha ido adquiriendo con
el paso de los años. En vitrinas se exponen numerosas piezas, como
la interesante colección glíptica encontrada en Itálica, y restos
grecorromanos, así como objetos árabes y hasta persas y chinos cuyo
conjunto configuró la gran colección arqueológica que la condesa
de Lebrija fue ampliando a lo largo de su vida. En la planta alta, la
que fuera de utilización invernal, se encuentra la biblioteca,
sucediénsose los salones con su colección de arte en la que podemos
admirar interesantes pinturas de Van Dick, Bruegel el Viejo o de la
escuela de Murillo.
Una
gran benefactora
Al
margen de su pasión por el arte y las antigüedades Regla Manjón
inició una importante labor social a su llegada a Sevilla, muy
especialmente a favor de los niños abandonados a los que siempre
dedicó especial atención. Una de sus prioridades sociales fue la
construcción de una casa-cuna acorde a los nuevos tiempos. La
condesa de Lebrija, principal impulsora de aquella iniciativa, cedió
para este fin su finca Huerta de San Jorge en cuyos terrenos el
arquitecto Antonio Gómez Millán levanta en 1914 un soberbio
edificio regionalista que se dedicaría a atender a los niños
expósitos. Es igualmente de gran importancia la labor que desarrolla
Regla Manjón para hacer llegar la educación a los hijos de las
familias sevillanas más desfavorecidas. Estas actividades benéficas
les serían reconocidas a la condesa por el Ayuntamiento de Sevilla,
siendo nombrada el 26 de mayo de 1916 Hija Adoptiva de la ciudad “a
fin de enaltecer los méritos de tan caritativa señora”, según
puede leerse en el pergamino que avala aquel nombramiento.
Regla Manjón en una mesa petitoria de tabaco para los soldados de Afríca. |
Regla
Manjón, cuya ilusión había sido dedicar su vejez al disfrute de su
biblioteca, tuvo la desventura de sufrir una lesíón ocular que le
impidió ejercitar en sus últimos años su gran pasión por la
lectura. El 19
de febrero de 1938 la condesa de Lebrija, casi ciega,
fallece en su palacio de la calle
Cuna en el que había derrochado tanto entusiasmo. A su muerte, Regla
Manjón y Mergelina contaba con 86 años de edad.
José
Carlos García Rodríguez
NOTAS:
1 – CABALLERO,
José Antonio: Siluetas Sanluqueñas,
Tipografía Domenech, Sanlúcar de Barrameda, 1910, p. 22.
2 - Palacio
de Lebrija. Descripción de Dª Regla Manjón y Mergelina, Condesa de
Lebrija, Sevilla (1920), Sevilla, 1970.
3
- Ibídem.
4-
Gaceta de Madrid, miércoles 30 de octubre de 1912.
PUBLICADO EN REVISTA CIRQULO Nº 10 Septiembre-Octubre de 2015 |