JOSÉ MARÍA FASCIO DE LA FUENTE

Primer gobernador de Jujuy (Argentina)

© José Carlos García Rodríguez

José María Fascio de la Fuente.







Cuentan que la autonomía de la provincia argentina de Jujuy quedó constituída el 18 de noviembre de 1834 cuando el teniente gobernador en ejercicio, teniente coronel José María Fascio, llamó a cabildo abierto y consultó a los congregados: “¿Juráis libre y espontáneamente a Dios Nuestro Señor, por la señal de la cruz, de sostener y defender con vuestra fortuna y vuestra vida la independencia política de esta ciudad, su territorio y campaña y su separación de la capital de Salta?”. Ante la unánime respuesta de “Sí, juramos” expresada por la multitud que ocupaba la plaza del Cabildo de San Salvador de Jujuy, quedó proclamada la autonomía provincial y Fascio fue nombrado su gobernador provisional.

José María Fascio de la Fuente, hijo de Juan Nepomuceno Fascio y de Petronila de la Fuente y Abat, nació en Sanlúcar de Barrameda el 4 de Julio de 1794. 

Decidido a hacer carrera en la milicia, Fascio ingresó en el Colegio Militar de Cádiz, llegando a participar muy joven en las últimas batallas contra las invasoras tropas napoleónicas. Destinado con el grado de teniente en el Batallón de Gerona, José María Fascio embarca rumbo a América para incorporarse al Ejército Real de Perú con el que, bajo las órdenes del general José de la Serna, interviene en acciones contra los rebeldes del Virreinato del Río de La Plata ya convertido en las Provincias Unidas del Río de La Plata. José María Fascio participó en las luchas por la recuperación de Tarija y en los sitios de San Salvador de Jujuy y Salta entre los meses de diciembre de 1816 y mayo de 1817. 

Acta de proclamación de  la autonomía política de
 Jujuy. Obsérvese la tachadura sobre el nombre de Salta.  




Posteriormente, tras combatir de nuevo en los frentes de Jujuy y Salta, su unidad es enviada a Potosí y Cuzco, participando en la campaña contra el general José de San Martín en Arica. Después de ser destinado como comandante militar en la ciudad de Puno, entre el Alto y Bajo Perú, José María Fascio pasaría a ocupar en 1824 el cargo de gobernador de aquella provincia tras la Batalla de Ayacucho, cuando todo estaba prácticamente perdido para las tropas realistas. En aquellas circunstancias Fascio dejó en libertad a todos los prisioneros de los ejércitos criollos y entregó el mando al general Rudecindo Alvarado, incorporándose a las tropas que lideraba el general Antonio José de Sucre, siéndole reconocido su grado militar.

En noviembre de 1825 Fascio se estableció en San Salvador de Jujuy donde se casó con la jujeña Trinidad Alvarado Sáchez de Bustamante, hermana del general Rudecindo Alvarado. De su matrimonio nacieron cinco hijos: Ramón, Belisario, Justiniano, Trinidad y Emilio.

José María Fascio, vinculado políticamente al sector encabezado por el general José Ignacio de Gorriti, inicia una carrera política que le lleva a ocupar entre 1826 y 1834 sucesivos cargos: Defensor de Pobres y Ausentes de la Municipalidad, Juez de Primera Instancia y Alcalde de Primer Voto del Cabildo de Jujuy.

Una vez que hubo demostrado su capacidad, el gobernador de Salta, Pablo Latorre, del que dependía el territorio de Jujuy, nombra a Fascio teniente gobernador con carácter interino hasta que se incorporase al puesto su titular el coronel Juan Manuel Quizoz.

Hay que señalar en este punto que los jujeños aspiraban a constituir un estado autónomo desde 1810 en que su Alcalde de Primer Voto, Manuel Fernando de Espinosa, redactó y suscribió un importantísimo documento que fue elevado a la Primera Junta de Gobierno que presidía Saavedra y en el que se solicitaba la separación del territorio de Jujuy del de Salta. José Ignacio de Gorriti, en su carácter de diputado, fue el encargado de llevar este documento y hacer hincapié para que la gestión tuviera éxito. Lamentablemente no fue así y el deseo jujeño se postergó, siendo el motivo fundamental de los frecuentes conflictos con Salta. 

José María Fascio creyó haber llegado el momento de hacer realidad el deseo popular y convocó a los miembros del Cabildo a una reunión que tuvo lugar en la mañana del 18 de noviembre de 1834 y a la que también asisten los ciudadanos más notables y los jefes militares, acordándose en sesión solemne que Jujuy quería ser provincia libre e independiente, regida por un gobierno surgido directamente de su pueblo. Frente al histórico edificio del Cabildo y de la Iglesia Matriz, el pueblo juró sostener su independencia, aclamando al coronel Fascio como su primer gobernador.


Antiguo Cabildo de San Salvador de Jujuy en el que José María Fascio proclamó
 la autonomía de la provincia de Jujuy. 
Aunque la declaración unilateral jujeña no fue bien acogida en Salta, sus legisladores aprobaron una ley el 2 de diciembre por la que se reconocía la independencia de Jujuy supeditada a una deliberación futura en el Congreso Nacional. Mostrando su desacuerdo con esta decisión poco convincente, José María Fascio organizó un ejército que marchó sobre Salta, venciendo al gobernador salteño en la batalla de Castañares el día 13 de diciembre de 1834. Fascio entró en la capital de Salta donde, tras ser firmado un tratado, fue reconocida la autonomía de Jujuy.

Tras renunciar a su cargo de gobernador de Jujuy en 1835, José María Fascio decidió volver a España sin su familia, ya que ni su esposa ni sus hijos quisieron acompañarlo. Posiblemente el militar sanluqueño pretendía regresar en algún momento a la Argentina; pero lo cierto es que nunca volvió a América.


Monumento a José María Fascio y a la Autonomía de Jujuy en
San Salvador de Jujuy.





Establecido en Madrid, el Gobierno español reconoció a Fascio su graduación militar y le pagó los sueldos que se le debían por todos los años en que sirvió en el ejército. Al fallecer su esposa argentina volvió a contraer nuevo matrimonio en 1850 con Teresa Celis Garnica con quien no tuvo descendencia. Seis años más tarde, el 12 de agosto de 1856, moría José María Fascio de la Fuente en la capital de España a los 62 años de edad.