MANUEL MONTAUT Y DUTRIZ

 El oftalmólogo de Isabel II


© José Carlos García Rodríguez


Instrumental óptico y firma
de Manuel Montaut y Dutriz

Han sido varias las ocasiones en que hemos dado entrada en esta galería de ilustres personalidades sanluqueñas a nombres que brillaron por su gran dedicación científica que les hicieron alcanzar notabilidad nacional e incluso conocimiento en el ámbito internacional. Hoy, junto al matemático Hugo de Omerique, al inventor militar José González Hontoria y a tantos otros, añadimos el nombre de Manuel Montaut y Dutriz, una figura fundamental dentro de la oftalmología española del siglo XIX.

Nacido en Sanlúcar el 21 de mayo de 1817, Manuel Montaut siguió estudios en el Colegio Nacional de Medicina y Cirugía de Cádiz, antecesora histórica de la actual Facultad de Medicina de la Universidad de Cádiz, especializándose en cirugía ocular en 1843 antes de ingresar en el Cuerpo de Sanidad Militar.

En 1846 Montaut y Dutriz es destinado como primer ayudante honorario en el Hospital Militar de Sevilla. De ahí pasará a ocupar diferentes destinos como médico militar, entre ellos en el Segundo Batallón de San Marcial con el que se traslada a Italia en mayo de 1849. Esta intervención militar española en el extranjero formaba parte de la coalición de los países católicos de Europa que fueron convocados en la conferencia de Gaeta para restituir a Pío IX en la jefatura de los Estados Pontificios dela que fue expulsado por los revolucionarios Garibaldi y Mazzini.

En Italia permanecería Manuel Montaut hasta iniciarse el año 1850, siendo condecorado por el rey Fernando II de las Dos Sicilias con la Cruz de Caballero de la Real Orden de Francisco I. Este reconocimiento fue debido al espíritu filantrópico y al trabajo desinteresado que desarrolló Montaut en el hospital de la localidad de Rieti, en el Lacio, donde llegó a practicar varias y complicadas operaciones de ojos a soldados napolitanos, una labor con la que habría de contribuir a prestigiar la oftalmología y la medicina españolas. Este premio se unía a la condecoración de San Silvestre que le fue concedida por los Estados Pontificios. A su regreso de la misión italiana a principios de 1850, Montaut es nombrado oculista de cámara de la reina Isabel II y facultativo como primer ayudante médico del escuadrón de Guardias de la Reina que crea Bravo Murillo en 1852 depués del atentado sufrido por la soberana a manos del cura Merino.

Durante su vida dentro de la milicia, Manuel Montaut fue designado para desempeñar importantes comisiones militares que le serían reconocidas con la distinción de condecoraciones y nombramientos, entre ellos los de caballero de la Real Orden de Isabel la Católica y de la Real y Muy Distinguida Orden de Carlos III.

En 1857 Manuel Montaut y Dutriz, quien ya es reconocido como uno de los más destacados oculistas de España, asiste en Bruselas al Primer Congreso Mundial de Oftalmología que se celebra entre los días 13 y 17 de septiembre de 1857 por iniciativa de la redacción de la revista “Annales d´Oculistique”. A aquel congreso científico acuden ciento cincuenta y nueve prestigiosos especialistas procedentes de veinticuatro países. De España, junto a Montaut, acuden a aquella reunión científica Rafael Cervera y José Calvo y Martín, quienes participan en las sesiones, al igual que el médico sanluqueño, junto a las más grandes figuras internacionales de la especialidad.

Los trabajos de las tres secciones congresuales fueron recogidos exhaustivamente en sus Actas donde se nos muestra con todo detalle el brillante papel desempeñado por los oculistas españoles. Manuel Montaut intervino en la primera sección con una comunicación sobre la oftalmía granulomatosa, por entonces una lesión ocular de origen desconocido. Dice Montaut en su comunicación: “La oftalmía granulomatosa, en sus diferentes formas es muy frecuente en España. Entregado al ejercicio especial de las enfermedades de los ojos desde 1843, he tenido la oportunidad de combatir esta afección en un gran número de personas, no solo civiles sino también soldados, en mi calidad de profesor del Cuerpo de Sanidad Militar”. Manuel Montaut manifiesta su experiencia sobre esta dolencia óptica muy frecuente en el Ejército español y dice que las escarificaciones son un remedio excelente para combatir las granulaciones vascularizadas, presentando un escarificador en aquel Congreso Mundial de Oftalmología. En las Actas del Congreso se encuentra recogida una miscelánea de comunicaciones diversas, entre ellas los instrumentos novedosos llevados a aquella reunión científica, donde también aparece Montaut que presentó un oftalmoscopio y un inyector lagrimal.

El oftalmoscopio de Manuel Montaut y Dutriz introducía una sencilla modificación con respecto al clásico de Desmarres, provisto de dos aberturas para examinar con una el ojo derecho y con la otra el izquierdo del enfermo. En cambio el oftalmoscopio de Montaut contaba con un único orificio que se podía voltear a derecha o izquierda al girar el espejo en su marco, evitando la sombra que podía producir la reflexión de la luz desde el otro agujero. En cuanto al inyector lagrimal del oftalmólogo sanluqueño, éste consistía en un tubo doble de metal al que se acoplaban dos piezas destinadas a introducirse entre los párpados para el lavado ocular

En 1862 Manuel Montaut mantenía abierto un dispensario oftálmico en Madrid donde realizaba asistencias, consultas y operaciones además de efectuar visitas a casa de los enfermos. Como curiosidad ofrecemos el dato de que una consulta con uso de instrumental tenía estipulada unos honorarios de 40 reales de vellón, siendo el doble si la visita era a domicilio.

Tras darse de baja en el Ejército, Manuel Montaut y Dutriz se presenta para diputado en las elecciones de marzo de 1866, siendo elegido por el distrito de Orense para la legislatura de 1866/1868. Montaut, junto a los parlamentarios y doctores en Medicina e higienistas Francisco Méndez Álvaro y Cesáreo Fernández Losada, presentaron a las Cortes el 27 de marzo de 1868 una proposición de ley sobre “Organización general y gobierno de la Sanidad” que no llegó a ver la luz debido a los hechos revolucionarios de septiembre de aquel año que acabaron con el derrocamiento de Isabel II y la monarquía borbónica.

La relación de Manuel Montaut y Dutriz con Sanlúcar habría de permanecer a lo largo de su vida. Sus estancias sanluqueñas fueron muy frecuentes según se deduce de la prensa de la época. Por la “Memoria de la Dirección General de Obras Públicas” del año 1865 sabemos que Montaut se había presentado como propietario de un proyecto de transporte de tracción animal “de Sanlúcar de Barrameda a la playa”, con una distancia de 512 metros y un presupuesto de 7.142 escudos. Aprobada aquella concesión y tras superar algunos problemas que dilataron su puesta en marcha, aquel servicio de transporte iniciaría su andadura en el verano de 1879.

Establecido definitivamente en Sanlúcar donde pasó sus últimos años, Manuel Montaut y Dutriz falleció en nuestra ciudad el 25 de enero de 1898 a la edad de 80 años.



"SANLÚCAR INFORMACIÓN", 25 de octubre de 2021