PACO OJEDA

 Un gran revolucionario del arte de la lidia


© José Carlos García Rodríguez





Tras “Limeño” y Hermosilla, dos toreros sanluqueños que han dejado sus huellas en la historia taurina española, viene esta semana a “Personajes de Sanlúcar” otro matador de toros, Paco Ojeda, quien es recordado como uno de los grandes revolucionarios del arte de la lidia en el último tercio del pasado siglo. Ojeda, quien en una entrevista que le realizaron con motivo de su vuelta a los ruedos en la temporada de 2002 manifestó que únicamente tenía miedo al día en que no pudiera volver a torear, nos trajo una nueva forma que rompía con la concepción que se tenía del toreo por aquellos años, pisando terrenos hasta entonces vírgenes, acortando distancias e innovando los lances con el capote y la muleta.

Francisco Manuel Ojeda González, Paco Ojeda, nacido en La Puebla del Río (Sevilla) el 6 de octubre de 1955, aunque sanluqueño a todos los efectos, debutó como torero ante el público en el coso de El Pino el 26 de junio de 1977. Dos años más tarde, el 20 de mayo de 1979, completando un cartel de novilleros con su paisano Manuel Rodríguez “El Mangui” y Antonio Ramón Jiménez, Paco Ojeda debuta en Sevilla donde tiene una tarde triunfal, saliendo a hombros por la Puerta del Príncipe tras cortar tres orejas a ejemplares de Diego Romero. Con este primer triunfo en la Maestranza, preludio de los muchísimos más que habría de conseguir durante su carrera taurina, Paco Ojeda empieza a centrar la atención de los aficionados y de la crítica por los novedosos e interesantes modos taurinos que practica. El 22 de julio de aquel mismo año de 1979, Paco Ojeda toma la alternativa en la plaza de El Puerto de Santa María, teniendo como padrino a Santiago Martín “El Viti” y de testigo a José Luis “Galloso”.

En las siguientes temporadas el torero sanluqueño empieza a hacerse un hueco en el escalafón, toreando 17 corridas en 1980 y seis en 1981. De la mano de su apoderado José Luis Marca, quien no interferiría en su revolucionaria manera de torear, Paco Ojeda prosigue su carrera taurina y afronta el reto de encerrarse con seis toros en la plaza de la Maestranza en la tradicional corrida de la Cruz Roja. De nuevo volvería a salir por la Puerta del Príncipe, en esta ocasión como matador de toros, al cortar cuatro orejas a las reses de Manolo González aquella inolvidable tarde del 12 de octubre.

Nada menos que 84 corridas torea Ojeda en la temporada de 1983, situándose a la cabeza del escalafón. El 3 de abril de aquel año sale a hombros de la Monumental de Barcelona al cortar tres orejas y un mes más tarde, el 23 de mayo, corta cinco orejas en la Arena de Nimes en una corrida en la que el diestro sanluqueño empezó a cimentar el gran prestigio que llegó a alcanzar como figura del toreo para la entendida afición francesa que lo llegaría a considerar como su gran ídolo. En América pasa aquel año por los cosos de Perú, Colombia, Venezuela, Ecuador y México, consiguiendo alzarse el 16 de octubre con el Escapulario de Oro del Señor de los Milagros, la máxima distinción de la feria taurina que se desarrolla en la plaza limeña de Acho donde comparte cartel con “Espartaco” y “Niño de la Capea”.

En 1984 Ojeda torea 58 corridas siendo cogido en Las Ventas el 28 de mayo por un oro de Jandilla. El 12 de septiembre de 1987 actúa en solitario en la tradicional “Corrida Goyesca” de Ronda, cortando hasta cinco orejas a reses de Torrestrella, un triunfo que le permite su salida a hombros por la Puerta Grande de la Real Maestranza rondeña. Aquel año actúa únicamente en 9 festejos, anunciando en 1988 su primera retirada de los ruedos a los que volverá como rejoneador en la temporada de 1991, realizando el primer paseillo en su nueva faceta taurina en el mes de octubre en el Festival de Chinchón, debutando como profesional en Nazaré (Portugal). Durante 1996 el Paco Ojeda rejoneador toreó en 31 ocasiones, cortando 19 orejas.

De nuevo como torero de a pié, Paco Ojeda reaparece en la temporada de 1999 toreando en la plaza francesa de Dax el 15 de agosto de aquel año para hacer historia. En Dax, Paco Ojeda comemora el veinte aniversario de su alternativa, actuando por la mañana como rejoneador y por la tarde como torero de a pié. En las temporadas siguientes actúa en un limitado número de festejos, apareciendo en algunas plazas americanas, entre ellas la de Lima, en diciembre de 2001, y Monumental de México, en febrero de 2002, donde confirmó su alternativa 23 años después haciendo el paseíllo con Miguel Espinosa “Armillita”, Enrique Ponce y Rafael Ortega, con toros de Teófilo Gómez.

La vuelta de Paco Ojeda a los ruedos españoles en la temporada de 2002 marca el inicio del final de su corta aunque fulgurante trayectoria como torero. Ese año el diestro sanluqueño torea en Sevilla, Barcelona, Córdoba, El Puerto de Santa María, Castellón, Jerez de la Frontera, Valladolid, León, Salamanca, Badajoz, Huelva, Granada... y así hasta en 25 plazas, sin olvidar sus dos actuaciones en la plaza de Nimes, en el Sur de Francia, a cuyos aficionados Paco Ojeda ha llegado a considerar como los más entendidos en toros: “Lo que sucede -comentaba Ojeda en una entrevista- es que, curiosamente, en el sur de Francia buscan otras cosas, no es este taurismo purista que tenemos aquí. Ellos han sabido sacarle lo mejor a la fiesta, lo han entendido y tienen paciencia, esperan. No se quedan en el toro y la muleta, hay otras cosas y otra convivencia. Esa manera de entender el mundo del toro les ha convertido en una de las mejores aficiones que existen ahora mismo”.

Paco Ojeda, dotado de una excepcional personalidad torera y un enorme carisma, logró conectar con los tendidos a los que transmitió la emoción. Torero de grandes virtudes, entre las que destacaron el valor y la quietud, Ojeda toreó siempre con naturalidad, con hondura y con sentimiento. Con un arte que le fue reconocido por Orden de 13 de febrero de 2013 al serle otorgado por el Ministerio de Cultura, Educación y Deporte el Premio Nacional de Tauromaquia en su primera edición por su excepcional trayectoria profesional y artística, valorando el jurado de forma muy especial su gran personalidad estética y la enorme influencia que su concepción del toreo ha tenido en toda la Tauromaquia posterior.

En 2020, con motivo de la celebración del Día de Andalucía, Paco Ojeda recibió la “Bandera de Andalucía” que anualmente se concede a personalidades, empresas e instituciones que han destacado por su labor y compromiso con la provincia de Cádiz en su apartado de “Arte”.



"SANLÚCAR INFORMACIÓN", 12 de noviembre de 2021