EL GENIAL INTÉRPRETE DE LA OBRA DE TURINA
© José Carlos García Rodríguez
Antonio Lucas Moreno |
José Manuel de Diego Rodríguez, a la sazón catedrático de Piano del Conservatorio Superior de Música de Sevilla, ingresaba como académico numerario de la Real Academia de Santa Isabel de Hungría el 29 de mayo de 1998. En aquel solemne acto de recepción en la prestigiosa institución sevillana, el recientemente fallecido músico sanluqueño pronuncia su brillante discurso titulado Antonio Lucas Moreno: recuerdo y semblanza de un gran pianista. Con su magistral exposición, de Diego rescataba la figura de aquel gran virtuoso del piano cuyos pormenores biográficos, aparte de en el reducido círculo musical de la ciudad, eran prácticamente desconocidos entre sus paisanos de Sanlúcar. Unos meses después de su ingreso como académico, José Manuel de Diego tuvo la deferencia de prologar mi obra Turina y Sanlúcar de Barrameda, editada conjuntamente por la Fundación El Monte y el Archivo Joaquín Turina con motivo del cincuenta aniversario de la muerte del compositor sevillano. Cuando el libro fue presentado la noche del 19 de noviembre de aquel año en el Patio de Columnas del Palacio Municipal, de Diego deleitó a los numerosos asistentes a aquel acto literario con una magistral interpretación de la sonata pintoreca Sanlúcar de Barrameda del maestro Turina.
He
de confesar que la primera noticia que tuve sobre la excepcional
categoría pianística de Lucas Moreno la encontré muy tardíamente
en el libro Bengalas
de Pedro Badanelli, el escritor y sacerdote sanluqueño famoso por su
adscripción peronista, quien fundara en la República Argentina una
iglesia nacional independiente de Roma. Badanelli escribía en
aquella obra editada en 1928: “Quiero que en la primera página de
este libro figure un nombre: el del insigne pianista Antonio Lucas
Moreno”. Como para muchos sanluqueños, la personalidad de aquel
pianista me era totalmente desconocida. En el discurso de recepción
de José Manuel de Diego en la Real Academia de Bellas Artes de Santa
Isabel de Hungría, editado con posterioridad por la Real Maestranza
de Caballería de Sevilla, y en las frecuentes y jugosas
conversaciones que mantuve con él pude acercarme a la vida de Lucas
Moreno y ser consciente de la gran altura interpretativa de nuestro
primer biografiado en esta Galería de
sanluqueños ilustres.
Programa del estreno en Madrid de la sonata Sanlúcar de Barrameda interpretada por Antonio Lucas Moreno. |
Joaquín
Turina, quien siempre quiso estrenar personalmente sus propias
composiciones, confiaría a Antonio Lucas Moreno la primera
interpretación en Madrid de la obra Sanlúcar
de Barrameda,
una deferencia que no era en absoluto habitual en el compositor. El
estreno de la sonata
pintoresca
en la capital de España tiene lugar el día 26 de marzo de 1924,
durante un concierto organizado por la delegación madrileña de la
Asociación de
Cultura
Musical en
el Teatro
de la Comedia, suponiendo
para ambos artistas un rotundo éxito cuyos ecos llegan a Sanlúcar.
Entre las numerosas enhorabuenas que reciben los dos artistas se
encuentra, claro está, la de José Colóm Matheos, el gran
amigo sanluqueño de Turina en cuya casa el compositor y su familia
pasarían muchos y muy felices veraneos. Lucas Moreno contestará
desde Madrid a José Colóm, recordándole con emoción el momento en
que, gracias a él, tuvo la oportunidad de conocer a don Joaquín.
Aquel primer contacto con Turina al que se refiere el pianista
sanluqueño tuvo lugar en Sevilla en la primavera de 1914. En el
verano de aquel mismo año, en el patio de la casa de los Colóm de
la calle Regina, en Sanlúcar, Joaquín Turina oye interpretar por
vez primera a Lucas Moreno y queda impresionado por las excepcionales
aptitudes de aquel aprendiz
de pianista.
Lucas Moreno en un concierto celebrado en Córdoba en 1953. |
De su precocidad nos ilustra la siguiente noticia aparecida en El Guadalete de fecha 12 de septiembre de 1903:
"En
la noche del jueves y en la caseta del Casino, un niño de tres años,
hijo del propietario y farmacéutico D. José Lucas Moreno, estuvo
tocando en el piano la marcha real y dos o tres piezas pequeñas con
notable ejecución. Teníamos noticias de la precocidad artística
del pequeñuelo, pero no habíamos tenido ocasión de oírlo. A
seguir por este camino, será un digno émulo de Pepito Arriola, el
pequeño músico español, que es la admiración de Europa".
El pequeño Antonio inicia su
formación artística con Rosalía Colóm, pianista sevillana
establecida en Sanlúcar, quien se mostró como profesora idónea
para dirigir sus estudios de piano. Obtenida
la protección de la infanta Isabel de Borbón, la popular Chata
de quien Turina escribiese a su muerte que fue
la princesa más sabia en música,
Lucas Moreno se traslada a la capital de España atendiendo la
recomendación que Turina le hiciese al oirle en la casa sanluqueña
de José Colóm. Con Pilar Fernández de la Mora, de quien el
pianista de Sanlúcar diría que fue
la persona que lo había hecho artista y a quien le debía todo,
continúa sus estudios hasta 1918, obteniendo el primer premio del
Conservatorio de Madrid. En 1920, gracias a una pensión que le es
concedida por la Junta de Ampliación de Estudios, marcha a París
donde pule su técnica y recibe lecciones y consejos de Alfred
Cortot, quien le trasmitirá su afición por Wagner. En Francia
permanecerá Lucas Moreno hasta 1924, teniendo la excepcional
oportunidad de ser acogido como huésped, durante todo un mes, por el
prestigioso Francis Planté, uno de los pianistas de moda por
aquellos años junto a Anton Rubinstein.
Programa del estreno en Madrid de la Rapsodia Sinfónica. |
En
1929, a la muerte de Pilar Fernández de la Mora, quien tanto había
influido en su formación artística, el músico sanluqueño accede
por oposición a la Cátedra de Piano del Real Conservatorio de
Música de Madrid cuya titular había sido su antigua profesora. Dos
años más tarde, Joaquín Turina, de nuevo, distinguirá al
pianista, a quien muestra su reconocimiento y gran aprecio
dedicándole su Rapsodia
Sinfónica,
única obra que compuso para piano y orquesta. Aquella obra, escrita
en 1931, es estrenada tres años después en la capital de España
por Lucas Moreno, quien es acompañado por la Orquesta Clásica de
Madrid.
Durante
los duros años de guerra en que Madrid permanece asediada, Antonio
Lucas Moreno, cesante en su cátedra por orden gubernativa, atraviesa
una situación especialmente adversa. Acogido a la protección del
cónsul británico sir John
Milanés,
en cuya residencia se celebraban reuniones musicales conocidas como
Viernes de
Milanés,
el pianista sanluqueño coincide con Joaquín Turina y con otros
artistas y destacados profesionales a los que también auxilia el
benefactor diplomático. En una conferencia que pronuncia en el
Instituto Británico de Madrid el 22 de junio de 1948, John Milanés
se referirá a la razón de ser y a los asistentes de aquellas
veladas organizadas en su casa durante los años de guerra:
Lucas Moreno con la familia Orleans-Borbón en el palacio de Sanlúcar. |
Finalizada
la contienda civil, Antonio Lucas Moreno recupera su cátedra en el
Conservatorio de Madrid. A partir de entonces se dedicará casi de
forma exclusiva a su labor didáctica a la vez que empieza a
retirarse paulatinamente de las actividades concertísticas. En 1960,
con un recital en Córdoba, Lucas Moreno da por finalizada esta
etapa de su vida artística. Su fallecimiento, en circunstancias
especialmente dramáticas, se produce en Madrid el 23 de febrero de
1973.
La
noticia de la muerte de Antonio Lucas Moreno pasa prácticamente
desapercibida para la mayoría de sus paisanos. Aunque su figura,
alta y elegante, era vagamente familiar en Sanlúcar por haber sido
huésped en el palacio de los Infantes de Orleans y Borbón durante
muchos años, son pocos los que entre sus conciudadanos sabían de su
virtuosismo, de sus grandes facultades como concertista y de la
trascendencia nacional e internacional conseguida por el pianista a
lo largo de su vida.
BIBLIOGRAFÍA:
DE
DIEGO RODRÍGUEZ, José Manuel: Antonio Lucas Moreno.
Recuerdo y semblanza de un gran pianista, Real Maestranza de
Caballería de Sevilla, Sevilla, 1999.
GARCÍA
RODRÍGUEZ, José Carlos: Turina y Sanlúcar de Barrameda,
Fundación El Monte/Archivo Joaquín Turina, Madrid, 1999.