"TOTO" BARBADILLO

 EL GRAN SEÑOR DE LA MANZANILLA


© José Carlos García Rodríguez





Quienes tuvimos la oportunidad de contar con la amistad de “Toto” Barbadillo pudimos disfrutar del carácter jovial, divertido y ocurrente de una personalidad que fue la imagen más amable, prestigiosa y entendida en el mundo de nuestros vinos a cuyo desarrollo y difusión tanto contribuyó. Antonio Pedro Barbadillo Romero, bodeguero insigne por sus dos enormes apellidos manzanilleros, además de lograr encumbrar a su empresa familiar en lo más alto entre las firmas del Marco de Jerez, aportó con la gran visión de futuro que solo está dada a los elegidos, una senda insospechada que ampliaba las posibilidades comercializadoras de nuestra zona vitivinícola.

Toto” Barbadillo, hijo del gran poeta, escritor y bodeguero Manuel Barbadillo Rodríguez, nació en Sanlúcar de Barrameda el año 1922. Tras estudiar Derecho en la Universidad de Sevilla, se integró prontamente en el negocio vinatero, ocupando el cargo de secretario del consejo de administración de las bodegas de los Infantes de Orleans Borbón, además de apoderado de las bodegas Antonio Barbadillo y Pedro Romero cuando apenas era un muchacho. A estas primeras responsabilidades empresariales seguirían otras a lo largo de su vida, tales como socio fundador de las Bodegas Caydsa y presidente de Williams & Humbert Group, de Pedro Romero, S.A., de Gibalbín, S.A., de Antonio Barbadillo S.A.... llegando a estar considerado por el Consejo Regulador de las Denominaciones de Origen Jerez-Xèrés-Sherry y Manzanilla-Sanlúcar de Barrameda como "una de las personalidades que más han contribuido al desarrollo y la difusión de la cultura y el negocio de los vinos de Jerez y la manzanilla de Sanlúcar". Su destacado protagonismo dentro de la enología andaluza y española también le sería reconocido por parte de la Federación Española de Asociaciones de Enólogos que le otorgó en 2004 la “Medalla de Oro a la Defensa de la Cultura Vitivinícola”. Siempre preocupado por la situación de Sanlúcar, “Toto” Barbadillo, quien fuera nombrado Hijo Predilecto de la ciudad, también tuvo cierta relación con la política local, llegando a ser teniente de alcalde y delegado de Hacienda y Personal en varias corporaciones municiples, así como juez municipal y comarcal.

"Castillo de San Diego"
creación de "Toto"
Barbadillo.

Entre las muchas y siempre acertadas aportaciones enológicas de “Toto” Barbadillo -“las cosas de Toto”- se encuentra la creación del vino de mesa joven, exento de crianza, “Castillo de San Diego”. Testarudo como él solo, don Antonio, empeñado en lograr con la uva “listán” un vino comparable a otros vinos foráneos que había conocido y que tanto le habían agradado, no paró en hacer pruebas hasta lograr el vino que creyó más adecuado para acompañar pescados y mariscos. A partir del momento en que el dueño de los restaurantes “La Dorada", Félix Cabeza, entusiasmado con la creación de “Toto” convirtió a “Castillo de San Diego” en vino de la casa a principios de la década de los 80, el ascenso comercial de este vino de Barbadillo fue imparable, llegando a situarse como el más vendido de España entre los vinos jóvenes blancos de mesa. Recuerdo que “Castillo de San Diego”, definido por “Toto” en su etiqueta como “Vino Noble de Mesa” fue también el vino que mi padre, por entonces apoderado de la bodega Barbadillo, adoptó como nuestro vino de mesa familiar hace casi medio siglo.

Coincidiendo con el lanzamiento comercial de “Castillo de San Diego” a mediados de la década de los años 70, Barbadillo firma con la inglesa Harvey un contrato para suministro de sus vinos, obligando a la empresa sanluqueña a crear su moderna planta de vinificación de Gibalbín dotada con la enotecnia más avanzada. Junto a estas instalaciones se encuentran los grandes viñedos de “listán” donde en los últimos tiempos también proliferan las diferentes variedades de cepas tintas que son la base para la elaboración de nuevos vinos.


Con “Castillo de San Diego”, el gran sueño de “Toto” Barbadillo hecho realidad, se abría un camino inédito para los vinos de la zona afrontando las suspicacias del Consejo Regulador y de las bodegas del Marco que impidieron incluso hacer mención del nombre de Sanlúcar en las etiquetas del nuevo vino. Pero las trabas fueron superadas con inteligencia y a “Castillo de San Diego” seguirían el semidulce blanco “Maestrante”, una gama de tintos y hasta unos espumosos cuyas primeras pruebas fueron dirigidas por don Antonio. Hoy, los espumosos de Barbadillo, entre ellos uno cuya etiqueta, “Toto Barbadillo”, rinde homenaje a nuestro personaje, son referentes inexcusables entre los vinos españoles de esta categoría.

Juramento de los miembros de la
"Orden de la Solear"


Su carácter comunicador y su permanente disposición llevarían a “Toto” Barbadillo a impartir conferencias y a participar en mesas redondas donde exponía sus profundos conocimientos acerca de la manzanilla y de los demás vinos del Marco. A su pluma se deben el libro “Historia de las Bodegas Barbadillo” y un buen número de artículos periodísticos publicados en “Diario de Cádiz” y “Diario de Jerez”. En ellos, “Toto” Barbadillo, con su gracia característica, nos habla de todo: de personajes que dejaron huella, de los trabajos del vino, de las vendimias de tiempos pasados, de carreras de caballos, de política y de otros muchos asuntos que nos desvelaron entrañables recuerdos de una pretérita Sanlúcar. Más tarde, casi dos centenares de estos artículos aparecerían recopilados en un libro editado bajo el título de “Aloque”. En un prólogo para una antología de la manzanilla, “Toto” Barbadillo lanzaba una idea que ha hecho fortuna: que el mayor esplendor del genuino vino de Sanlúcar ha coincidido siempre con los momentos en que nuestro país alcanzaba sus mayores cotas de libertad.

Un espumoso de Barbadillo
que homenajea a "Toto".

Toto”, quien llegaría a formar parte de casi todas las organizaciones y academias relacionadas con la enología, tanto de carácter nacional, como internacional, constituiría en Sanlúcar, junto a su primo Juan Carlos Barbadillo y Gabriel Raya, la “Orden de la Solear”. De esta Orden, a la que me honro en pertenecer desde los tiempos en que sus capítulos se celebraban en la Caseta Barbadillo de la Feria de la Manzanilla, forman parte, entre damas y caballeros, una pléyade de restauradores, políticos, escritores, artistas de todo tipo, periodistas y profesionales de las más diversas ramas hasta completar una nómina cercana a los tres centenares de miembros quienes juran fidelidad al vino más representativo de Barbadillo, su prestigiosa manzanilla “Solear”, sin duda, la gran pasión de “Toto” a lo largo de su vida.

El día 3 de enero de 2005 fallece de forma inesperada “Toto” Barbadillo a los 82 años de edad. Con su muerte, Sanlúcar perdía al mayor valedor de sus vinos y, muchos, muchísimos, a un gran amigo. "Ha fallecido un sanluqueño versátil, lúcido y hospitalario, un anciano propicio al asombro que, con sus maletas plenas de vida, a veces, jugaba a ser niño", dejó dicho el profesor y literato José Antonio Hernández Guerrero a la muerte de don Antonio.






JAVIER GARAT

Una de las más relevantes personalidades del sector pesquero nacional e internacional 


 © José Carlos García Rodríguez




En estos días ha sido noticia la reelección de Javier Garat para un nuevo mandato -ya por sexta vez- como presidente de la Coalición Internacional de Asociaciones Pesqueras -ICFA por sus siglas en inglés-, la organización internacional que agrupa a un buen número de asociaciones nacionales del sector pesquero de todo el mundo, entre ellas la Confederación Española de Pesca (CEPESCA), de la que Garat es su secretario general. Pocas fechas más tarde, el nombre de Garat volvía a estar presente en los medios de comunicación, esta vez por su nombramiento como miembro del Comité Económico y Social Europeo (CESE), un órgano consultivo de la UE que representa a organizaciones de empresarios, trabajadores y de otros grupos de interés de la sociedad civil ante instituciones de la UE con capacidad decisoria, tales como Comisión Europea, el Consejo de la UE o el Parlamento Europeo.

CEPESCA, creada en 2007, de la que Javier Garat es secretario general, es la organización empresarial pesquera de ámbito nacional más importante de toda Europa y una de las más representativas del mundo. En ella se agrupan una cuarentena de asociaciones de armadores de pesca que representan a más de setecientas empresas y varios centenares de barcos cuyas capturas globales superan la mitad de toda la pesca española. Además, Garat es presidente de la Asociación de las Organizaciones Nacionales de Empresas Pesqueras de la UE (Europêche), la patronal pesquera europea.

Nacido el 27 de enero de 1971, Javier Garat Pérez tiene muy a gala su cuna sanluqueña, siempre dispuesto a apoyar las iniciativas y los proyectos de su ciudad. Buena prueba de ello son, por ejemplo, su entusiasmo por las Carreras de Caballos, por la celebración del V Centenario de la Primera Vuelta al Mundo o por la candidatura de Sanlúcar a la “Capitalidad de la Gastronomía”, unos eventos de actualidad en los últimos tiempos a los que Javier alude aprovechando la más mínima oportunidad que pueda presentársele en su constante aparición en los diferentes medios de comunicación. “Si tuviera algo que destacar de mí -me manifestaba Javier hace unos meses- diría lo siguiente: Javier Garat es un sanluqueño que, a pesar de haberse ido a Madrid con nueve años de edad, es un enamorado de Sanlúcar, que vuelve a su tierra cada vez que puede”. Curiosamente, el nacimiento de Javier coincide con el tiempo en que su padre, el recordado y querido Juan Antonio Garat Ojeda, ostentaba la alcaldía de Sanlúcar. Del tío paterno de Javier, Miguel Garat, guardo un recuerdo imborrable de mis tiempos en que cumplía el servicio militar en la Base Naval de Rota destinado en el Laboratorio de Combustibles. Miguel, por entonces teniente de navío y piloto de la Tercera Escuadrilla de Helicópteros de la Marina, me honró invitándome a acompañarle en uno de sus vuelos por toda la Costa Noroeste gaditana, posibilitándome la visión desde el aire de Sanlúcar y de las localidades de su entorno. Todo un detalle de difícil olvido.

Al terminar los estudios de Derecho en Madrid y especializarse en Derecho Europeo e Internacional por la Universidad Católica de Lovaina (U.C.L. Bélgica), Javier Garat trabaja en Bruselas en el equipo de pesca del Servicio Jurídico de la Comisión Europea y como asistente del Consejero de Pesca de la Representación Permanente de España ante la UE. Posteriormente, durante cuatro años, ejercería como abogado en el despacho internacional de origen holandés Nauta Dutilh.


La defensa del sector pesquero español por todo el mundo la inicia Garat en abril de 2001 al incorporarse a la Federación Española de Organizaciones Pesqueras (FEOPE) como Secretario General. A partir de entonces su currículum está conformado por una actividad ligada a los más altos organismos e instituciones nacionales e internacionales relacionadas con la pesca, en unas como presidente o secretario general (CEPESCA, ICFA, Europêche, Plataforma Tecnológica Europea de la Pesca...) y en otras como miembro (Consejo Rector del Instituto Español de Oceanografía, Comité Consultivo del Sector Pesquero Español, Clúster Marítimo Español...).

La biografía profesional de Garat se amplía por su asesoramiento de pesca del Programa Marino de la Unidad de Sostenibilidad Internacional de Su Alteza Real el Príncipe de Gales desde 2011 hasta 2018; con su trabajo de asesoría a la Delegación Española en reuniones de Naciones Unidas o con su participación desde 2014 como jurado de los Premios Alimentos de España que anualmente otorga el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación. En diciembre de 2017 nuestro personaje ingresó como académico correspondiente en la Real Academia de la Mar a la que Javier Garat viene aportando sus profundos conocimientos sobre la gestión y defensa de la actividad pesquera.


La experiencia de Garat en su faceta como docente le ha llevado por numerosas universidades españolas (Alicante, Vigo, Santiago, Barcelona) para participar en masters y en cursos de posgrado relacionados con el negocio, la gestión y la economía pesquera. Además, ha intervenido como ponente en varias Audiciones Públicas de la Comisión de Pesca del Parlamento Europeo, en conferencias organizadas por el Senado, por la Comisión Europea, por el Nordic Council of Ministers y en un buen número de foros de pesca nacionales e internacionales, incluyendo el Comité de Pesquerías de FAO, la OCDE, IUCN, Naciones Unidas, etc. Entre los reconocimientos recibidos se encuentran la Cruz del Mérito Naval con Distintivo Blanco y es desde septiembre de 2010 Caballero de la Orden Internacional del Toisón de Oro. Una de las distinciones de las que Javier Garat se muestra especialmente orgulloso es su nombramiento como “Embajador de las Carreras” que la Real Sociedad de Carreras de Caballos de Sanlúcar de Barrameda le otorgó en 2016 durante un acto celebrado en el recinto de llegada de Las Piletas a la finalización de las competiciones del 12 de agosto, día en que se inició aquel año el primer ciclo de carreras.

Dada su impresionante trayectoria profesional, a la vista está que en Javier Garat encontramos a una de las más relevantes personalidades dentro del sector pesquero nacional e internacional. Una actividad cuyas obligaciones le llevan a estar presente en los más importantes foros de pesca de todo el mundo. Pero a pesar de su intensa y complicada agenda, Javier, a quien no es difícil ver disfrutando de la gastronomía marinera de Bajo de Guía, consigue gozar a menudo de algo que tanto le gusta como es contemplar las impresionantes puestas de sol desde su residencia en La Jara, junto al histórico Corral de Merlín. Con la vista dirigida a la inmensidad oceánica que tanta gloria trajo a España y posiblemente tarareando algunas estrofas de la “Salve Marinera”, el espíritu de Javier se sosiega para afrontar con acertadas decisiones los problemas derivados de pandemias, incertidumbres y brexits que en este tiempo tanto complican el desarrollo de la actividad pesquera en todo el mundo...







FÉLIX J. PALMA

 LA PASIÓN POR LA ESCRITURA

© José Carlos García Rodríguez





Félix J. Palma, uno de los escritores andaluces actuales de mayor trascendencia internacional, es un autor cuya brillantez y originalidad han sido reconocidas por la crítica de forma unánime, destacando como uno de los rasgos más característicos de su producción literaria una gran habilidad para insertar el mundo de la fantasía dentro de la normalidad cotidiana. Nacido en Sanlúcar de Barrameda el 16 de junio de 1968, Félix Jesús Palma Macías encaminó sus pasos a la escritura desde muy temprana edad -“érase una vez un niño con la cabeza en las nubes que quería ser escritor...”-, iniciándose en el cuento y los relatos cortos, géneros que le reportaron más de un centenar de galardones por los más diversos concursos literarios de toda España y que le llevaría a ser incluido en varias antologías junto a las plumas nacionales más destacadas del género:Aquelarre. Antología del cuento de terror español actual”, “Mañana todavía. Doce distopías para el siglo XXI” o “Nocturnario. 101 imágenes y 101 escrituras”, un libro colectivo con collages del escritor y artista granadino Ángel Olgoso en el que 101 escritores hispanoamericanos aportaron un texto para acompañar cada una de las imágenes.

Desde muy joven, Félix colabora como articulista en diversos periódicos andaluces y dirige el suplemento cultural “Mosaico”, una dedicación en la que estuvo acompañado por su hermano menor Juan Carlos (Sanlúcar, 1972), periodista y también escritor, muy valorado especialmente por su profundos conocimientos cinematográficos. Por esta labor al frente de “Mosaico” los hermanos Palma fueron galardonados en 1998 por la Asociación de Escritores Cinematográficos de Andalucía (Asecan) en la modalidad “Mejor labor informativa en Prensa” dentro de los Premios del Cine Andaluz otorgados aquel año. Esta pasión por la cinematografía que comparten Félix y Juan Carlos se remonta nada menos que a sus años de niñez en que los dos hermanos quedaban embelesados ante las imágenes del proyector sonoro regalado por sus padres.

Cinco son los libros de relatos, “de insólita brillantez” como dijera Hipólito G. Navarro sobre estas obras en las que el escritor sanluqueño se desenvuelve con su pluma como un consumado maestro: “El vigilante de la Salamandra” (1998), Métodos de supervivencia”(1999, Las interioridades” (2002), galardonado con el el Premio Tiflos de Cuentos 2001, “Los arácnidos” (2004), Premio Iberoamericano de relaciones Cortes de Cádiz 2003, y “El menor espectáculo del mundo” (2010). En su primera novela “La hormiga que quiso ser astronauta”, editada en 2001, ya se percibe la genuidad de Palma como brillante narrador y que muy pronto habría de encumbrarlo como uno de los escritores españoles más interesantes de los últimos tiempos. Unos años más tarde, En 2005, Félix J. Palma consigue el “XV Premio Internacional de Novela Luis Berenguer” con su obra “Las corrientes oceánicas”. 


En 2008 Félix J. Palma gana el Premio Ateneo de Sevilla. La novela galardonada, “El mapa del tiempo”, habrá de significar el comienzo de una grandiosa obra que marcará un antes y un después en el devenir literario del escritor sanluqueño. Con este libro iniciaba Félix la que se ha dado el llamar Trilogía Victoriana, “un salto sin red a la literatura de la ciencia-ficción y la fantasía, remachada con los mejores engranajes de la aventura, el romance y la novela detectivesca, que se ha saldado con uno de los mayores éxitos literarios vividos por la narrativa española en las últimas décadas”, en palabras del periodista Juan Antonio Sanz. La segunda entrega, “El mapa del cielo”, aparece en 2012, completándose dos años más tarde la trilogía con “El mapa del caos”.




La escritura de las más de 2.000 páginas que comprenden en conjunto las novelas de la trilogía victoriana tienen como base tres de las obras más conocidas del famoso escritor británico H. G. Wells sobre las que giran estas novelas de Félix J. Palma: “La máquina del tiempo”, “La guerra de los mundos “ y “El hombre invisible”. Esta gran obra del autor sanluqueño ha sido traducida a varios idiomas y editada en más de treinta países. La primera de las novelas, “El mapa del tiempo”, quedó clasificada en segundo lugar en Alemania en los premios de los lectores de Lovelybooks en la categoría de mejor libro de narrativa del año, siendo igualmente nominada en Japón a varios premios de ciencia ficción. A las pocas semanas de su publicación en Estados Unidos, “El mapa del tiempo” consiguió entrar en la lista de los libros más vendidos del “New York Times” y ser recomendada como lectura de verano en el “LA Times”. 


De su trilogía victoriana, escribe el propio Félix J. Palma:

Mi intención con la trilogía victoriana es rendir homenaje a Wells, pero también a todos aquellos escritores victorianos que como Verne, Dumas, Dickens o Stevenson, escribían una literatura popular y sin embargo culta para los lectores surgidos de la burguesía, novelas que reflejaban un espíritu aventurero que solo podía darse en aquella época, porque el mundo era todavía un lugar ignoto, que no estaba completamente explorado ni delimitado por la ciencia. Era un mundo donde podía pensarse que la Luna estaba habitada de unicornios y hombres murciélagos, y que había vida en Marte o en Venus, o incluso una civilización viviendo en el centro de la Tierra. Y nadie podía desmentirlo. Era la época de la imaginación. La era de la fantasía.


Félix J. Palma y María Fortea con su libro "El amor no es
nada del otro mundo"

En 2016 Félix J. Palma, en colaboración con María Fortea, publica “El amor no es nada del otro mundo”, una novela de fantasía y comedia romántica con presencia permanente del humor y la ironía, tan característicos en toda la obra del sanluqueño. Más recientemente, a principios del año 2019, se publica “El abrazo del monstruo”, una extensa novela de más de 700 páginas lanzada por la editorial como novela negra, pero que en realidad se trata de algo más. Esta obra de Félix J. Palma es una gran novela, un thriller psicológico con componentes de fantasía, intriga y hasta de terror con el fondo de una Barcelona actual y también modernista. Con esta obra, última novela de Félix J. Palma por el momento, su autor nos demuestra que su pluma ha sobrevivido magníficamente a su exitosa trilogía victoriana.

En la actualidad, ya en plena madurez y como autor más que consagrado, Palma continúa con su labor como escritor que compagina con su faceta de profesor de escritura creativa y ofreciendo, además, su experiencia y conocimientos como “coaching” literario para ayudar a que los proyectos de otros escritores con ciertos problemas puedan llegar a feliz término. “Me apasiona el mundo de la escritura -dice Félix J. Palma- y es por eso que además de escribir mis propios libros, me gusta ayudar a quienes como yo aman plasmar sus ideas en una hoja en blanco”.








MANUEL JIMÉNEZ-ALFARO

 Fundador de FASA-RENAULT

© José Carlos García Rodríguez




Dentro de unos meses se cumplirán setenta años de la constitución de la empresa FASA que iniciaría en Valladolid el ensamblaje del automóvil Renault 4CV, el famoso “cuatro-cuatro” (cuatro puertas, cuatro plazas, cuatro caballos) cuyas primeras unidades empezaron a circular por las carreteras españolas en agosto de 1953, adelantádose en cuatro años al lanzamiento del popular SEAT 600. La firma del acuerdo que llevó a buen puerto la constitución de aquella sociedad automovilística se debe a la voluntad y al tesón de Manuel Jiménez-Alfaro Alaminos, un sanluqueño cuya visión de futuro le llevaría a firmar en París el 12 de febrero de 1951, junto al presidente de la Règie National des Usines Renault, el contrato para fabricar en la capital vallisoletana aquel coche que llegaría a alcanzar una notable popularidad entre los españoles.

Nacido en Sanlúcar de Barrameda el 8 de febrero de 1898, Manuel Jiménez-Alfaro, hijo de guardia civil, fue el tercero de cuatro hermanos. Tras estudiar bachillerato en el Colegio de Huérfanos del Ministerio de la Guerra ingresó en la Academia de Artillería en 1911, siendo destinado a Segovia como teniente del Regimiento de Artillería Pesada donde inicia su pasión por los medios de transporte mecanizados. Tras pasar por destinos sucesivos fue profesor de la Escuela de Automovilismo de Artillería durante unos meses hasta causar baja en el Ejército en julio de 1931 por habérsele concedido el retiro extraordinario.


El estallido de la guerra civil coge a Manuel Jiménez-Alfaro viviendo en Madrid donde es perseguido por las autoridades republicanas. Aunque acogido al amparo de la legación de Noruega donde es nombrado secretario del embajador, fue detenido por la policía y acusado de espionaje, permaneciendo en la cárcel desde agosto de 1937 hasta ser liberado al caer la capital de España en poder de las tropas nacionales el 28 de marzo de 1939.

Reintegrado en el Ejército, Jiménez-Alfaro ascendió a teniente coronel, siendo destinado en el Grupo de Automóviles de la Escuela Politécnica del Ejército donde llegaría a ser profesor principal, impartiendo las asignaturas de “Resistencia de materiales aplicada a la construcción de máquinas y material” y “Estudios, cálculo y fabricación de motores”. De aquí pasaría a ejercer de asesor de la Subcomisión de Combustibles para gasógenos y a formar parte de la plantilla del Cuerpo de Ingenieros de Armamento y Construcción (CIAC) del que fue uno de sus fundadores.


Siguiendo con su interés por todo lo relacionado con los automóviles, Manuel Jiménez-Alfaro visita fábricas, estudia componentes, asiste a congresos y hasta se instruye en el proceso de destilación de petróleos crudos en la Compañía Española de Petróleos. En 1949 realiza un viaje al Reino Unido para visitar varias fábricas de automóviles y de tractores, trasladándose al año siguiente a París con un permiso especial para realizar estudios relacionados con el automóvil. En 1951 vuelve de nuevo a París y pasa por Bruselas y Londres, asistiendo en esta última ciudad a su Salón Internacional de Automovilismo y del Ciclo.

El año 1951 quedaría bien grabado en la biografía del sanluqueño al iniciarse una nueva y brillante senda en su vida. Es el año que consigue, como habíamos adelantado, ser el titular de las licencias de la Régie Nationale des Usines Renault en España y que, tras la correspondiente autorización del Ministerio de Industria, le habrá de permitir el ensamblaje del automóvil Renault 4CV en Valladolid donde se había constituido la sociedad “Fabricación de Automóviles Sociedad Anónima” (FASA-Renault), primera empresa en España de producción en serie de automóviles y de la que Manuel Jiménez-Alfaro es nombrado su director gerente. Este proyecto suponía el arranque del sueño de fabricar coches en España al que Jiménez-Alfaro llevaba dedicando más de veinte años.

En junio de 2017, la familia de Manuel Jiménez-Alfaro donó al Archivo Municipal de Valladolid más de doscientos documentos de distinto tipo que permiten escudriñar en las difíciles circunstancias que rodearon la fundación y los primeros años de andadura de la empresa FASA. Gracias a estos documentos se pueden conocer las dificultades de todo tipo -políticas, ideológicas y económicas- que Jiménez-Alfaro hubo de superar para sacar adelante su proyecto empresarial. Las más duras resistencias a que se concediera al ingeniero sanluqueño el permiso para fabricar su Renault 4CV procedían de la empresa SEAT, contraria acérrima de aquella concesión que significaba el fin del monopolio estatal de la industria automovilística española, y del Instituto Nacional de Industria (INI) con sus innumerables trabas.

Sin atemorizarse ante tantos obstáculos como encontró a su paso, Jiménez-Alfaro, muy confiado en sus pretensiones, recurrió al ministro de la Presidencia, Luis Carrero Blanco, quien ya poseía alguna información de aquella idea que éste había apoyado desde el principio. Una vez que Carrero Blanco presentó el proyecto a Franco, el entonces jefe del Estado le dió su visto bueno en un Consejo de Ministros, publicándose en el BOE del 19 de octubre de 1951 la autorización oficial concedida a Manuel Jiménez-Alfaro para crear una nueva industria en Valladolid y fabricar el Renault 4CV. Así se hacía realidad un proyecto gracias únicamente a la fe ciega, al empuje y al tesón de un hombre que entendió perfectamente el papel que en un futuro podía jugar la industria de la automoción, marcando las pautas que más tarde se siguieron para hacer de España el referente como potencia automovilística internacional que hoy ostenta.

Anuncio del homenaje a Jiménez-Alfaro,
organizado por Antonio Reyes,
Delegado de Turismo de Sanlúcar,
el 4 de abril de 2014

En la década de los años 60, bajo la dirección del militar e ingeniero sanluqueño, las instalaciones de Renault en Valladolid fueron las más productivas fuera de Francia, y una de las empresas industriales más importantes de España. En los años siguientes, la filial española se consolidó como la inversión más productiva exterior del grupo francés, alcanzando en 1980 el liderazgo en España tanto en producción como en ventas.

Continuando con la biografía de Manuel Jiménez-Alfaro hemos de consignar que el 6 de septiembre de 1961 fue promovido al empleo de general director del CIAC, continuando en este cargo junto con otros anteriores nombramientos, a los que se añadirían a partir de julio de 1963 el de vocal representante del Ministerio del Ejército en la Comisión Nacional de Investigación del Espacio, y en octubre de 1964 presidente de la Comisión Gestora del Consejo de Administración del Instituto Nacional de Industria, todos ellos compaginados con su puesto de director gerente de la fábrica de automóviles de Valladolid. En febrero de 1966 pasó a la situación de reserva por edad, aunque continuó en el Consejo de administración de FASA hasta 1990. Manuel Jiménez-Alfaro Alaminos falleció en Madrid el 11 de enero de 1992 cuando estaba a punto de cumplir 94 años de edad.






JOSÉ LUIS REPETTO BETES

 EL PRIMER DEÁN DE LA CATEDRAL DE JEREZ

© José Carlos García Rodríguez








El pasado año 2019 la Fiesta de la Vendimia de Jerez estuvo dedicada a Sanlúcar, siendo este el motivo por el que el Consejo Regulador tuvo la deferencia de invitarme a ofrecer una conferencia en su Bodega de San Ginés. Bajo el título “Jerez y Sanlúcar, una historia compartida”, desarrollé mi exposición en la que no faltaron las obligadas y justas referencias a tantos “sanluqueños en Jerez”, a esos paisanos que han desarrollado sus ocupaciones con especial dedicación y brillantez en la ciudad hermana. Me referí a Manuel María González Ángel, fundador de las bodegas González Byass; a Julio González Hontoria, bajo cuyo mandato como alcalde de Jerez se realizaron muchas e importantes obras públicas, entre ellas el parque que lleva su nombre; al prestigioso doctor José Luis Ruiz Badanelli; a Benito Pérez Rodríguez, “jurispoeta” para el periodista Manolo Liaño, apelativo que habría de acompañar a Benito de por vida; al poeta, abogado y agricultor Toto León Manjón... y, claro está, a una personalidad fundamental para conocer bien y entender aún mejor el último medio siglo de la historia religiosa de Jerez: el presbítero y Prelado de Honor de Su Santidad José Luis Repetto Betes.

Nacido en Sanlúcar el 8 de agosto de 1936, José Luis Repetto fue el segundo entre los tres hijos habidos en el matrimonio formado por Félix Repetto y Carmen Betes. En 1946, tras realizar sus primeros estudios en el colegio Sagrado Corazón de Jesús que los Hermanos de las Escuelas Cristianas (La Salle) tenían establecido en la calle San Agustín del Barrio Alto sanluqueño, José Luis ingresa en el Seminario Menor de donde pasaría, cinco años más tarde, al Seminario Metropolitano de Sevilla. Aunque entonces la edad señalada para la ordenación de sacercedotes eran los veinticuatro años, José Luis Repetto, por concesión especial del papa Juan XXIII, a petición del cardenal arzobispo de Sevilla José María Bueno Monreal, es ordenado a los 22 años en la Catedral de la capital andaluza el día 21 de junio de 1959.

Repetto Betes es enviado a Carmona como coadjutor en la parroquia de San Pedro, donde habría de permanecer durante algo más de dos años. En este tiempo llega a conocer en profundidad la figura del por entonces Beato Juan Grande cuya vida estuvo tan íntimamente relacionada con la ciudad de Jerez donde falleció en 1600. Curiosamente, el carmonense Juan Grande que tan profunda huella deja en el espíritu del joven sacerdote sanluqueño había sido bautizado en aquella misma parroquia de San Pedro donde Repetto ejerció su primer destino pastoral.


El trabajo ministerial de José Luis Repetto Betes en Jerez se inicia en 1962 donde es destinado como cura propio en la parroquia de Santa Ana. Allí habría de permanecer durante once años, hasta que en julio de 1973 accede a la Colegial de Jerez después de aprobar las oposiciones a abad que realiza en la Capilla de la Virgen de la Antigua de la Catedral de Sevilla, obteniendo las máximas calificaciones posibles.  

En estos años ya empieza a ser conocida la altura intelectual que José Luis Repetto va mostrando en sus escritos. Su atención preferente como escritor es la hagiografía, cultivada de forma muy especial en el caso del Beato Juan Grande -y después San Juan Gande- cuyo patronazgo de la Diócesis de Asidonia-Jerez y su posterior canonización habrían de recibir por parte del presbítero sanluqueño un impulso fundamental.


A la figura de Juan Grande dedica José Luis Repetto los librosEl beato Juan Grande. Su vida y su obra”, “Un Grande de Dios”, “Jerez tiene un santo”, “San Juan Grande apóstol de la misericordia”, “El hermano Juan Pecador” y algunos otros. El 2 de junio de 1996 es la fecha fijada para la canonización de Juan Grande cuya beatificación había tenido lugar nada menos que en 1853. La Orden Hospitalaria, agradecida por el compromiso y los desvelos de Repetto por llevar a buen fin este asunto, le invita al solemne acto que se celebra en la Plaza de San Pedro, siendo uno de los veinte sacerdotes que concelebraron la misa junto al papa Juan Pablo II.

Aparte de sus libros referidos a San Juan Grande, la inmensa obra hagiográfica de Repetto Betes comprende una larga nómina de títulos. Ente ellos, “Andalucía, tierra de santos”, “Mil años de santidad seglar en la Iglesia. Santos y beatos del segundo milenio”, “Biografía y escritos de María Antonia de Jesús Tirado. Fundadora del beaterio Jerezano del Santísimo Sacramento (1740-1810)”, “Todos los Santos. Santos y beatos del Martirologio Romano”, “Santoral del clero secular del siglo XIII al siglo XX”, “El pedagogo orante. La vida y la obra de San Juan Bautista de la Salle” y “Santoral español”. Académico de la de San Dionisio de Jerez, de la de Santa Isabel de Hungría de Sevilla y antiguo director del Centro de Estudios Jerezanos, José Luis Repetto, también dedicado a la investigación histórica, es autor de otras muchas obras que casi siempre tienen a Jerez como argumento principal.


Al entrar en la Colegial con el cargo de presidente del Cabildo y párroco de El Salvador, Repetto comprueba la situación de abandono y las malas condiciones en que se encuentra el templo, elaborándose a indicación suya un proyecto de acondicionamento y restauración en cuya ejecución estuvieron de acuerdo las instituciones implicadas. La Colegial, remozada, se erigiría en Catedral del Salvador al crearse la Diócesis de Asidonia-Jerez el 3 de marzo de 1980 por bula papal de Juan Pablo II a petición del cardenal Bueno Monreal. José Luis Repetto, revestido con el título de monseñor desde el Vaticano, fue el primer deán de la Catedral jerezana además de canónigo lectoral, responsabilidad que habría de mantener hasta el año 2010 en que pasa a ser párroco de San Dionisio Areopagita donde habría de oficiar su última misa en septiembre de 2014.


El 2 de diciembre de 2010 la entonces alcaldesa jerezana Pilar Sánchez hacía entrega a José Luis Repetto del título de Hijo Adoptivo de Jerez. Durante el acto, un pleno solemne y extraordinario que tuvo como marco el precioso Cabildo Antiguo, se dió lectura a la relación de méritos del homenajeado, destacándose la profundísima relación de Repetto con Jerez desde que arribase a la ciudad, casi cincuenta años antes, para hacerse cargo de la parroquia de Santa Ana.

En septiembre de 2018, un año antes de cumplirse los sesenta años de su ordenación sacerdotal, José Luis Repetto, quien vive jubilado en su Jerez de adopción dedicado a la oración, a la lectura y a la escritura, presentó en el Palacio de Bertemati, sede del Obispado de Asidonia-Jerez, su libro “Los Santos Padres. Del siglo II al IX”, enésima obra que sumaba a su extensa producción bibliográfica a la que, sin duda, no habrá de tardar en añadir nuevos trabajos.  



MARÍA LUISA DE CONTES

Chevalier de l’Ordre National de la Légion d’Honneur


© José Carlos García Rodríguez







En la primavera de 2015, por decreto de la Presidencia de la República Francesa, le era otorgada la Legión de Honor a María Luisa de Contes. Con esta máxima distinción, Francia premiaba a la jurista sanluqueña por su brillante labor como alta ejecutiva en la empresa automovilística Renault, por su voluntad de acercamiento entre España y Francia y por sus compromisos asociativos y culturales ejercidos a través de la Asociación de Amistad Hispano-Francesa Mujeres Avenir, entidad fundada y presidida por ella misma, cuya finalidad principal consiste en dar visibilidad a las mujeres en todos los ámbitos.

Cuando estaba a punto de cumplir los 20 años, María Luisa de Contes abandona Sanlúcar de Barrameda y marcha a Francia gracias a la cercana relación que su familia mantenía con Luisa Isabel Álvarez de Toledo, duquesa de Medina Sidonia. Establecida en París, donde encuentra un mundo muy diferente a la España donde el franquismo apuraba el último tramo de su existencia, María Luisa estudia Derecho en La Sorbonne, accediendo en 1980 a su primer puesto de trabajo como abogada del grupo Renault. Poco a poco fue ascendiendo en la empresa hasta llegar a ser responsable del departamento de asuntos comerciales. Al cerrarse el acuerdo entre Renault y Volvo, es destinada a Nueva York donde accede al cargo de General Cónsul de Volvo América del Norte. 

María Luisa de Contes recibe el Premio Trophées 3000 en
la categoría de Emprendimiento responsable (2003) 

En Estados Unidos permanece María Luisa de Contes hasta que la ruptura de la alianza entre las dos compañías automovilísticas la devuelve a París donde asume la Dirección Jurídica del Departamento de Asuntos Jurídicos Europeos y de Compras de Renault.
En su nuevo cargo, María Luisa pudo ser testigo, y a la vez protagonista, de una época clave para la distribución del automóvil al promulgarse una nueva normativa europea que obligaba a las empresas automovilísticas a rediseñar una nueva estrategia de distribución y la organización de la red de concesionarios.
En el año 2002 es nombrada Secretaria General de Renault España, S. A., consejera de todas las filiales comerciales de la empresa de automóviles y vocal de la Fundación Renault España para la movilidad sostenible. En España establece su domicilio en Madrid y pronto contrae matrimonio, en segundas nupcias, con el abogado, también sanluqueño, Manuel Jesús Barba Calvo.
Entre sus nuevas funciones profesionales en España a María Luisa de Contes se le encomienda todo lo referente a las relaciones con las instituciones francesas -Embajada, Consulado…- y con las empresas galas implantadas en España. Esta apertura al mundo diplomático, empresarial e institucional le llevó a participar activamente en la Asociación de Amistad Hispano Francesa de la que fue vicepresidenta durante diez años.
En 2009 recibe la condecoración de “Chevalier de l’Ordre Nacional du Mérite” cuya concesión fue aprobada por Decreto Ley del Presidente de la República Francesa de 25 noviembre 2008. En 2010 funda el Foro Mujeres por cuya creación es galardonada en 2013 con el premio Trophées Femmes 3000, en la categoría de “Emprendimiento Responsable”, premio que le otorgó la Federation Femmes 3000 en colaboración con el Senado de Francia, un reconocimiento más entre los muchos que María Luisa ha recibido a lo largo de su vida profesional.
María Luisa de Contes recibe la
Insignia de Oro de Sanlúcar de
Barrameda (2015)
María Luisa de Contes también participa como Consejera en la dirección de la Cámara de Comercio Franco-Española y en su Comité de Patrocinio, así como en el desarrollo de la francofonía a través de la Alliance Française en España, siendo nombrada en 2013 vicepresidenta de la Fundación de las Alianzas Francesas en España. Tras su nombramiento por el Gobierno de Francia como Consejera del Comercio Exterior, contribuye mediante su trabajo de recogida de información y análisis a definir propuestas de Francia y de la Unión Europea en el seno de las instancias multilaterales.
A finales de 2015, María Luisa de Contes funda, a partir del anterior Foro de Mujeres, la Asociación de Amistad Hispano-Francesa Mujeres Avenir que pasa a presidirla y cuyo principal objetivo es actuar en beneficio de la consolidación de la visibilidad de la mujer en todos los sectores de la sociedad española y francesa, tanto en el campo de la economía como en la política, la empresa, en el mundo del arte, en el universitario, o en el científico. En 2016 la Asamblea General del Club Financiero Génova la nombra consejera y vicepresidenta, siendo igualmente miembro del Foro Mujer, Deporte y Sociedad del Consejo Superior de Deportes.

María Luisa de Contes, entre el embajador de la República Francesa en España, Jérome Bonnafont, y su esposo,
Manuel Jesús Barba Calvo, tras serle impuesta la Orden Nacional de la Legión de Honor (2015)
En abril de 2015, el Journal Officiel de Francia publica un decreto del Presidente de la República por el cual se distinguía a María Luisa de Contes con el grado de Chevalier en la Orden Nacional de la Legión de Honor. La propuesta de su nominación partía del Ministro de Asuntos Exteriores de Francia, quien aludía a los méritos extraordinarios acreditados en un dossier que a tal efecto se había confeccionado, haciéndose mención a los 35 años de servicios de María Luisa a la empresa Renault. El 23 de junio de 2015 María Luisa de Contes recibió esta distinction -la más alta condecoración francesa- en una ceremonia celebrada en la Embajada de Francia en Madrid. En aquel solemne acto, el embajador francés, Jérôme Bonnafont destacó que María Luisa de Contes, entre otras cosas, se había dedicado a “defender y promover nuestros intereses económicos, el idioma y la cultura francesas y la amistad hispano-francesa, en Francia y en España”. En su discurso, Bonnafont destacó las profundas convicciones democráticas, progresistas y humanistas de María Luisa de Contes “al ser una mujer con corazón, enérgica y apasionada que ha progresado en un universo masculino y traspasado el techo de cristal y que ha sido consciente de la posición de las mujeres en el mundo profesional y de todas las barreras y obstáculos a los que deben enfrentarse si quieren que su carrera avance”.
Aquel mismo año, el Ayuntamiento de Sanlúcar de Barrameda otorgó a María Luisa la Insignia de Oro de la ciudad.